El Ministerio de Defensa taiwanés indicó que 21 aeronaves entraron en la ADIZ en las últimas 24 horas, 18 de ellas bombarderos H-6 con capacidad nuclear.
Trabajadores de la mayor planta de fabricación de iPhone en China, propiedad de Foxconn, protestaron para exigir mejores condiciones laborales.
El líder del régimen dijo que Beijing fortalecerá integralmente su entrenamiento militar y su preparación para cualquier situación bélica, lo que aumenta la probabilidad de que se intensifique el conflicto, especialmente con Taiwán.
Taipéi acusó a Beijing de poner en marcha medidas intimidantes al señalar que 31 aeronaves de combate cruzaron la llamada “línea media” del estrecho.
Pekín amenazó con tomar "las legítimas y necesarias contramedidas". Washington dijo que proporciona a Taiwán lo que necesita para su autodefensa a medida que China sigue aumentando la presión sobre la isla.
Washington reconoce diplomáticamente a Pekín sobre Taipéi, pero mantiene relaciones de facto con Taiwán y apoya el derecho de la isla a decidir su futuro.
Buques y aviones de guerra del Ejército chino cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán, denunció el Ministerio de Defensa, poco después de que la presidenta advirtiera al gigante asiático contra una invasión.
El objetivo es modernizar su capacidad disuasiva, ampliando el alcance de los proyectiles de 100 a 1.000 kilómetros. Las tensiones regionales son el motivo de este cambio.
El sistema THAAD es clave para que Seúl se defienda de las ambiciones nucleares del dictador norcoreano Kim Jong-un. Pero Beijing cree que socava sus intereses de seguridad.
“Vamos a seguir volando, navegando y operando dondequiera que nos permita la ley internacional”, indicó el subsecretario de Defensa para Política, Colin Kahl.
Los ejercicios militares comenzaron el jueves en respuesta a la visita a Taipéi de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, e inicialmente debían concluir el domingo.
¿Mereció la pena? La visita de Nancy Pelosi a Taiwán duró solo 19 horas, pero ahora la amenaza de una posible guerra está en el aire. Y se trata de potencias mundiales y nucleares, escribe Philipp Bilsky.