Rusia libera a la estrella del baloncesto de EEUU Brittney Griner a cambio del mayor traficante de armas del mundo

Griner ha pasado los últimos meses en un campo de trabajos forzados tras ser encarcelada y condenada por hallarse en posesión de varios pequeños recipientes de aceite de hachís.

Internacionales 09/12/2022 Editor Editor
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Brittney Griner, en un juicio en el mes de julio

Hace veinte años, Viktor Bout era el mayor traficante de armas del mundo y un serio obstáculo en las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. La vida de 'el mercader de la muerte', como se le conocía, había sido llevada al cine por Nicholas Cage en la película 'El señor de la guerra', protagonizada por Jared Leto. Incluso tras su detención en Tailandia, y su posterior extradición a Estados Unidos, Bout fue un escollo en las relaciones entre Washington y Moscú durante los años en los que Hillary Clinton dirigió la política exterior estadounidense, en el primer mandato de Barack Obama.

Ahora, Bout ha sido intercambiado por la estrella del baloncesto Brittney Griner, condenada a 9 años de cárcel por introducir hachís en Rusia. Es una muestra de cómo el poder en Moscú ha ido cambiando, y, también, de cómo, tras más de una década en la cárcel, la influencia de Bout -- apodado 'el revientasanciones', por su capacidad para vender armas a cualquier Gobierno o guerrilla del mundo -- se ha desvanecido. Hace apenas unos pocos años, Washington no se hubiera planteado soltar a Bout, al que le quedan todavía 12 años de cárcel en EEUU, por una baloncestista, por muy popular que esta sea.

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El traficante de armas Viktor Bout, canjeado por EE.UU.

Para el Gobierno de Joe Biden, es un éxito. Griner, de 32 años, ha alcanzado el estatus de heroína nacional en Estados Unidos tras ser arrestada en Rusia en febrero, en vísperas de la invasión de Ucrania, cuando las autoridades aduaneras de ese país descubrieron que llevaba en su equipaje varios pequeños contenedores de aceite de hachís. El error de Griner es imperdonable, porque Rusia no es EEUU y, si en este último país el consumo de hachís y marihuana está legalizado en 21 de los 50 estados, en el primero es totalmente ilegal. Si Griner tiene que echarle la culpa a alguien, es a sí misma.

Pero, con el trasfondo de la guerra de Ucrania, su caso pronto trascendió lo puramente legal o diplomático. Súmese a ello que Griner es una deportista conocida, y la atención de EEUU por el proceso se disparó. La Casa Blanca ya trató de canjear a Bout por Griner y por el ex soldado Paul Whelan, condenado en 2020 a 16 años de cárcel por espionaje en julio. Pero, en el último momento, las negociaciones con Moscú fracasaron porque Moscú solo accedió a intercambiar un ruso por un estadounidense.

Ahora, el Gobierno de Biden lo ha logrado con Griner, que tiene un impacto mediático y político mucho más grande que Whelan. El propio presidente ha comparecido ante los medios de comunicación, acompañado por la vicepresidenta, Kamala Harris, y la esposa de Griner, Gherelle Watson, para congratularse por la liberación de la baloncestista. El acuerdo, según el presidente estadounidense, acaba con meses en los que la deportista "ha estado prisionera en condiciones intolerables". La familia de Whelan ha felicitado a Griner, pero ha lamentado que el ex soldado siga siendo "un rehén" de Rusia.

Griner ha pasado los últimos meses en el campo de trabajos forzados denominado Colonia Penitenciaria-2, a unos 500 kilómetros al sureste de Moscú. Es una cárcel dura incluso para los estándares rusos. Las prisioneras no están autorizadas a tener objetos personales de ningún tipo, duermen en barracones de cien camas cada uno, y tienen jornadas laborales de 17 horas. Según el diario británico 'The Guardian', el centro penitenciario está controlado por mafias, y debido a su localización aislada apenas es visitado por organizaciones humanitarias.

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