Von der Leyen en América Latina: La UE y América Latina buscan una alianza para el litio e inversiones verdes

Internacionales17/06/2023EditorEditor
Ursula y Lula
Buena sintonía en Brasil: Von der Leyen y Lula.

Fue hace once años y era portugués: la visita del último presidente de la Comisión Europea a América Latina tuvo lugar cuando el mundo era distinto. En 2023, el nuevo acercamiento lo ha llevado a cabo Ursula von der Leyen, una política alemana, en cuyos primeros discursos anuales sobre el estado de la Unión Europea no hubo ninguna mención a América Latina o el Caribe. Y no es que faltasen relaciones o acuerdos comerciales; el suministro de materias primas -sea carbón, petróleo, café, cacao o piñas- estaba asegurado. Muchos países de la región formaban parte de los programas europeos de cooperación al desarrollo.

Entretanto, a pesar de las grandes desigualdades, la mayoría de los países de la región no requieren de asistencia para su desarrollo. Hay algunos que, ricos en materias primas, apuestan por una (re) industrialización de sus economías. La gira por Brasil, Argentina, Chile y México de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene como trasfondo la necesidad europea de nuevas materias primas estratégicas, imprescindibles para su transición ecológica, y de nuevos socios que sean más fiables que los anteriores. 

¿Transición verde, sinónimo de proteccionismo?

"Si para Europa el litio es fundamental para su transición ecológica y su descarbonización, para Chile y Argentina, que tienen litio, es fundamental que su economía no se base solamente en la extracción. Necesitan inversión, sí, pero orientada al desarrollo de su propia industria", dice a DW Javi López, copresidente de la Asamblea EuroLatinoamericana (EuroLat). 

En este momento, los protagonistas en el nuevo acercamiento a América Latina son los acuerdos con los países del Mercosur, con México y con Chile. El primero tiene que acabar de fraguarse, los otros dos, acabar de modernizarse. Pero entre socios que se miran de igual a igual no puede haber "desconfianza” ni "posibles sanciones”, decía el presidente brasileño Lula Da Silva en la conferencia conjunta con la presidenta de la Comisión Europa.

¿A qué se refería? "A la sideletter que hay ahora en curso en las negociaciones para el acuerdo UE-Mercosur y que trata, sobre todo, de medio ambiente”, explica Javi López. Cabe recordar que el acuerdo de asociación, logrado políticamente en 2019, ha estado en barbecho desde entonces. Temores europeos por impactos en su ganadería y agricultura, y luego por el impacto en la Amazonía y el medio ambiente, han tenido paralizada su conclusión.

Ese documento adicional incluye las cláusulas medioambientales que, entretanto, ha aprobado la UE y que se ven desde el otro lado como medidas proteccionistas encubiertas. "Son razonables los cuestionamientos del presidente Lula, pero no son medidas proteccionistas”, asegura Javi López, eurodiputado por España del bloque socialdemócrata. Se trata de nuevas reglas para que no entren al mercado europeo productos originados en la deforestación; también de una directiva de debida diligencia que exige a grandes empresas, tanto en suelo europeo como en terceros países, que comprueben el respeto a derechos laborales y ambientales en su cadena de producción.

"Brasil tiene que entender que para nosotros la política medioambiental es un eje central de las decisiones políticas que está tomando la UE. Afectan a las regulaciones internas y también a las relaciones con el resto del mundo, pero no son incompatibles con las sensibilidades que al respecto tiene Brasil. Tenemos que trabajar aún si queremos que ese acuerdo alcance el éxito”, añade.

En busca del valor añadido

Asegurando el interés en culminar el acuerdo entre la UE y Mercosur, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, resaltó las asimetrías existentes y que, para que el acuerdo sea equilibrado, hay que dar valor añadido al as que tiene en la manga la región: el litio, el cobre, el hidrógeno verde. "Debemos entender que los grandes bloques -China, Estados Unidos y Europa- están desarrollando políticas industriales muy activamente. Con Argentina, Chile y también Colombia -que quieren desarrollar su industria- es el momento de trabajar juntos para acomodarse a las cadenas de valor”, añade Javi López.

¿Estamos seguros de que cuando Argentina habla de equilibrar asimetrías, Brasil de reformas al sistema financiero global y la Comisión Europea insiste en sus inversiones para la transición verde, están hablando de lo mismo? "Vemos el mundo desde lugares y realidades diferentes, sí”, acepta Javi López. "Pero las agendas son complementarias. Cuando Brasil habla de la reforma al sistema financiero se refiere a la propuesta latinoamericana de cambiar deuda por acción ambiental. Así expresan su acción en favor de la biodiversidad; nosotros la expresamos con regulaciones ambientales exigentes”, subraya.

Millones para una alianza

Como fuere, para el Fondo Amazónico, la presidenta Von der Leyen anunció una subvención de 20 millones de euros; 430 millones para proyectos contra la deforestación; 8 millones para proyectos de renovables en Chile, así como un fondo para hidrógeno verde de 225 millones. Un memorándum de entendimiento sobre materias primas críticas fue firmado en Argentina.

Y en México, en el marco de Global Gateway -el gran programa europeo para impulsar inversiones verdes y digitales en el mundo- se promete inyecciones para iniciativas mexicanas como el Plan Sonora y el Corredor Interoceánico de Tehuantepec. Finalizar la modernización del acuerdo -que incluye inversiones, compras públicas, medidas anticorrupción- se visualiza, sin apretón de manos, para finales de año.

Así las cosas, entre América Latina y la Unión Europea en 2023 se habla de socios. Pero, ¿se puede ser socios de verdad con la desigualdad social y la inestabilidad institucional de la mayoría de los países latinoamericanos?

"Tenemos que trabajar en ello”, responde el copresidente de EuroLat. "Varios gobiernos de la región quieren reformas fiscales que, sin restarles competitividad, le den capacidad al Estado para redistribuir y generar servicios públicos. Europa debe comprenderlo y también, quizás, apoyarlas. Tenemos modelos fiscales desarrollados, es nuestro valor añadido en el mundo”, apunta Javi López. "Por eso ya no hablamos de que queremos "cooperar”, sino de que, en un ambiente de gran competencia entre grandes poderes, queremos hacer una alianza con los países de América Latina”, concluye.

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