Ningún gurí con frío

No vamos a repetir lo conocido por todos, ni el nivel de pobreza por ser archiconocido, sino en proponer medidas y lejos de aquellas acostumbradas en esta columna de desarrollo con inclusión social, sino en las más cercanas, en lo que se llama desarrollo humano.
Y ese ámbito, que incluye distintas disciplinas, me centro en lo básico, en resolver situaciones críticas, como tener frazadas como abrigo, un techo para guarecerse de las inclemencias climáticas y un mate cocido caliente, para ganarle al frio, una batalla que no tienen los que cuentan con gas natural en sus casas y pueden dormir arropados, que lejos de estar mal, es natural que estemos bien y legitima la aspiración del estado de bienestar general.
Mi preocupación, va hacia quienes carecen de esos bienes y su falta, ocasiona angustiantes necesidades cuando se avecina un crudo invierno y que, por consiguiente, será preciso prestar la mayor de las atenciones a las personas necesitadas, para que estén mejor defendidos frente a las inclemencias climáticas.
En las temporadas anteriores fue el Covid-19 que causó una ola de tragedias y justificados temores, ahora es un brote de bronquiolitis que apareció en el último mes el que también acentúa la preocupación de los sanitaristas, entre otros motivos por la saturación que sufren las guardias de los hospitales públicos, algunos de ellas, como la del Masvernat, siempre colmada de gente que requiere atención para su salud.
Si bien Concordia, cuenta con una excelente red de atención primaria de salud municipal en los distintos barrios, la premisa de la hora debería ser, atacar el problema, antes que se presente el quebrantamiento de la salud especialmente de los niños que, aunque se diga que “tienen un Dios aparte”, necesitan de una mano.
El Estado que es siempre quien está al servicio del pueblo, había organizado la compra de frazadas a cooperativas de costureras y su distribución más que un éxito, fue un notable acierto que cobijó a muchos niños y ancianos necesitados de arroparse para afrontar inviernos pasados. Ese plan, necesita fortalecerse y multiplicarse ahora.
Los concordienses tienen el epicentro del pedido de ayuda en el Municipio y encuentran en ETC alguien dispuesto a no dejar a nadie con frio, por lo que me animaría a pensar, que debe estar en marcha alguna campaña para conseguir frazadas en cantidades suficientes para todos y si desde el sector privado, instituciones como la fundación CONASED visualizara un pedido a las familias que disponen de más de lo que pueden llegar a necesitar y las donaran para quienes lo necesitan, cerraríamos una aspiración sencilla pero legítima que ningún gurí pase frio, y eso es hoy más importante que nada.