Crónica anticipada de la violencia

Como todo es relativo y los pronósticos a veces fallan, esperemos que no se descarguen fuertes lluvias que nos inunden y pasemos otra vez a encabezar los registros al tope y con ello, las consecuencias de la frazada corta.
De la que no nos salvamos es de que hayan ingresado al mercado argentino naranjas de Israel y España que se venden en las verdulerías de Buenos Aires, de lo cual se deduciría que nuestros citricultores la deben estar pasando “bomba” y no tienen ni un solo cajón de naranjas y otros citrus, por lo que ingresa al mercado lo que cosechan a miles de kilómetros de nuestro país.
Como todos sabemos Concordia que fue la Capital Nacional de la Citricultura cedió terreno a la producción ubicada en Chajarí, Villa del Rosario y el sur de Corrientes y aquí hemos visto secarse las plantaciones de naranjas porque era anti económico cosecharlas y murieron las plantas y el esfuerzo de centenares de productores cuyos padres habían apostado a la citricultura y ahora no era factible ni siquiera cosecharlas, menos abonar la tierra, curar las plantas y podarlas.
En el norte, los productores citrícolas y de otras actividades agro industriales, están moribundos tras la exacción a la que están sometidos por otra industria que no tiene que regar, plantar, cuidar, ni ningún otro cuidado, solo cosechan los frutos del árbol envenenado que alientan desde escritorios y papeleo para inventar cuestiones que en la justicia marchan con viento a favor.
Los gringos, de ellos se trata, nietos de inmigrantes que vinieron a trabajar la tierra por estas latitudes y que ahora están verdaderamente amenazados por acciones judiciales que los pueden hacer desaparecer y con ello, que se termine una actividad esencial para la vida de estas comunidades que tienen su epicentro en Chajarí.
La agroindustria y la citricultura tiene en esas comunidades una trascendencia capital, pues no solo dan trabajo a miles de personas para la cosecha, sino para la poda, la cura, el empaque, la industrialización posterior y el transporte hacia los centros de consumo pero todo está ahora muy cerca de irse al carajo.
Los gringos han soportado que les roben sin anestesia y les han metido el bisturí hasta el hueso para sacarles el fruto de su esfuerzo, pero se han revolcado de dolor y gritan a los cuatro vientos que esto es injusto.
Del otro lado, le contestan que así son las leyes y que los magistrados no las crean solo las aplican, por esto, el peronismo no tiene chance en esas zonas, nadie ha querido mirar que es lo que realmente les ocurre a quienes gritan por la injusticia y marchan con tractores por calles y avenidas haciendo visible su enojo.
En Entre Ríos, se practica a rajatabla la política de “separación de poderes” y ni legislatura ni ejecutivo, mirará para ver que ocurre: el porqué de la protesta y esto es aprovechado por los industriales del juicio a quienes obviamente poco y nada les interesa el trabajo y la producción, sino que van por la plata que les pueden ROBAR a los productores, nadie va preso por inventar un juicio, pero CUIDADO, cuando la gente y los gringos se cansen y vean que no hay más respuesta que la que ellos mismos pueden generar, podemos vivir episodios de hasta ahora, evitable violencia. Es hora, de poner en caja a los desencajados.