
Julius Streicher fue uno de los nazis más importantes a la hora de llevar adelante el holocausto. Su participación fue decisiva y así lo juzgaron en los juicios de Nuremberg. Sin embargo, Streicher no mató a nadie con sus propias manos, ni tampoco ordenó matar a nadie directamente. No fue él quien organizó el horror de Auschwitz o de otros campos de concentración y tampoco fue quien ideó la llamada “solución final”.