Serguei Lavrov se fue de Bali y abandonó el G20 antes del fin de la cumbre

El canciller ruso, que viajó en representación de Vladimir Putin, partió de Indonesia después de asistir a la cena de gala, y no estará presente en la jornada de cierre para la firma del comunicado final.

Internacionales 16/11/2022 Editor Editor
Serguei Lavrov
Serguei Lavrov, en la cena de gala en Bali.

Serguei Lavrov, canciller de Rusia, se fue de Bali la noche del martes y abandonó el G20 antes del fin de la cumbre, en la que enfrentó los reproches de varios líderes mundiales por la invasión a Ucrania.

El canciller, todavía vestido con la camisa tradicional que usaron los líderes en la cena de gala, partió y no estará presente en la jornada de cierre de este miércoles.

Rusia se enfrentó una creciente presión diplomática para poner fin a la invasión, mientras los aliados y los críticos del G20 lamentaban el doloroso impacto global de casi nueve meses de conflicto.

El ministro de Asuntos Exteriores ruso, cuya preparación para la cumbre se vio interrumpida por dos controles médicos en el hospital por una dolencia no diagnosticada, permaneció en la sala durante todo el discurso de Zelensky, según fuentes diplomáticas.

En su intervención Lavrov acusó a Occidente de “librar una guerra híbrida contra Rusia”, culpó al neocolonialismo de los problemas económicos que afronta el mundo y acusó a Kiev de no ser realista en sus condiciones para retomar las conversaciones de paz.

Lavrov
 Lavrov aborda el avión para salir de Bali

Un borrador del comunicado mostraba que las 20 principales economías del mundo se unían para condenar los efectos de la guerra, pero seguían divididas a la hora de repartir las culpas.

La cumbre ha demostrado que incluso los aliados de Rusia tienen una paciencia limitada con un conflicto que ha inflado los precios de los alimentos y la energía en todo el mundo y ha hecho surgir el espectro de una guerra nuclear.

Arriesgándose a un aislamiento diplomático, Rusia se vio obligada a aceptar que la “guerra en Ucrania” -a la que Moscú se niega a llamar guerra- ha “impactado negativamente en la economía mundial”.

También aceptó que “el uso o la amenaza de uso de armas nucleares” es “inadmisible”, después de meses de que el presidente Vladimir Putin hiciera tales amenazas.

El único logro diplomático de Lavrov fue el reconocimiento en el comunicado de que, aunque “la mayoría de los miembros” del G20 condenaron la invasión de Putin, “hubo otros puntos de vista y evaluaciones diferentes”.

Los líderes deben ahora firmar el texto final antes de que la cumbre termine el miércoles.

En este contexto de tirantez y discrepancias por la guerra, la presidencia indonesia de turno del G20 ha hecho encomiables esfuerzos por la conciliación de todos los participantes y sacar adelante un acuerdo de mínimos que permita “salvar” la cumbre, según coinciden en señalar distintas fuentes diplomáticas.

Los anfitriones incluso pidieron a los asistentes que evitaran gestos como el levantarse durante las sesiones, según dijo a EFE Michael Vatikiotis, analista del Centro para el Diálogo Humanitario.

El mismo experto destacó que hasta ahora el ambiente en la cumbre del G20 muestra una mejora significativa con respecto a lo visto en citas previas del grupo en lo que va de año o en otros foros internacionales, gracias al trabajo de los indonesios y al tono cordial establecido el lunes en la bilateral entre los líderes de China y Estados Unidos, Xi Jinping y Joe Biden.

Pese a ello, por el momento el encuentro en Bali ha transcurrido sin que los presentes posaran juntos en una foto de familia, aunque fuentes diplomáticas señalaron que aún no se había decidido si de la cita saldrá o no una imagen con todos los participantes hombro a hombro. Eso ya no será posible sin un alto representante ruso presente.

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