El silencio de la noche se interrumpe por la sirena

Carta de un bombero.

Sociedad 04/06/2022 Editor Editor
Bomberos Voluntarios

Muchos vecinos nos han dicho en algún momento que el hecho de escuchar la sirena en la noche, les produce una especie de angustia que les impide retomar el sueño...

La voz del cuartelero a través del handy nos arranca de la cama informándonos el motivo del llamado.

La sirena levanta, mantiene, baja... levanta, mantiene, baja... tantas veces como los inmediatos llamados por teléfono al cuartel, le permitan a quien está de guardia, detenerla...

Generalmente escuchamos solamente el primer llamado mientras rebotamos contra las paredes y los muebles del dormitorio, encandilados buscamos la ropa, tropezamos con algún par de zapatos ó con algún juguete que quedó "olvidado" en el pasillo, tratando de llegar al vehículo que nos llevará al cuartel. El auto, la bici ó la moto esperan, mientras escuchamos una vez más:... "cuidate!!"... " Ojo!!" como una bendición de nuestras esposas ó madres, que tal vez el día que no lo escuchemos, dudemos en salir...

Una vez en la calle, de un simple golpe de vista, buscamos en el barrio algún resplandor ó columna de humo, agudizamos el oído en busca de la sirena de alguna ambulancia ó patrullero...

Algunos hasta sabemos en qué esquina y con qué compañero nos vamos a encontrar, bajamos la velocidad, seña de luces y aceleramos un poco...

Llegamos al cuartel, estacionamos, corremos hasta la ropería y nos vestimos "para la ocasión", con esa ropa de bombero con olor a humo y a sudor viejo que nos transforma y nos pone en actividad hasta la última célula, nos calzamos las botas que en invierno están muy frías y corremos con el casco en la mano hasta la unidad de primera salida. Algunos compañeros todavía están llegando y se despojan de las bicis que quedan tiradas en el playón..(los que se quedan las van a ordenar, pensamos).

"Unidad en la calle a cargo de... con dotación completa", se escucha en la radio a duras penas, la sirena del móvil es muy fuerte... "Confirmar QTH...", "...¿Hay algún otro dato?" (parece un libreto, algo guionado...).

A esta altura de las circunstancias la adrenalina se encargó de dejarnos como recién bañados, sin sueño y con la certeza de que mañana, en algún momento del día, a esta "trasnochada" la vamos a pagar muy cara...

La radio reza..."llegamos al lugar, se trabaja, necesitamos otra dotación y el camión cisterna... esto está generalizado... y... Ahh! por las dudas enviar la ambulancia del hospital, esto está bravo en serio..."

Algunos vecinos ayudan con baldes mientras emplazamos los materiales, otros se encargan de insultarnos a mansalva porque siempre, hagamos lo que hagamos, parece que llegamos tarde, (los entendemos, somos bomberos, llegamos después del incendio...)

Fuego, calor, reflejos que enceguecen, humo, ruidos apagados, temor (es bueno), agua, vapor, sudor...tanto sudor que nos hace arder los ojos, ruidos en el techo, ventilamos, el sonido de una alarma indica que queda poco aire en el equipo. El flash de la primera foto tomada por el periodista del pueblo ilumina la escena y produce un destello similar a un "corto" eléctrico y nos preocupa por los que están trabajando adentro... Brasas, carbón y piso muy resbaladizo. Muebles destruidos, ropa arruinada, colchones que no se sabe si van a servir, un curioso comenta: "lo que no te dañó el fuego te lo estropean los bomberos"... juguetes quemados, una escena que moviliza... alguien abraza a alguien que llora.

Terminamos. Breves comentarios entre nosotros mientras compartimos una botella de agua entre seis. "Lo paramos justito, casi se pasa a la casa del vecino..." "Buen laburo chicos,...¿están todos bien?"

Subimos a las unidades. Volvemos al cuartel. Se usaron muchos materiales, dejarlos en condiciones nos lleva una hora más. Tenemos que dejar todo listo para la próxima salida.

Amanece. Un Jefe retirado pasó por la panadería del pueblo. Facturas y pan recién sacados del horno a leña. Mate cocido humeante, "está fresca la mañanita...", un pedazo de pan tibio en la mano tiznada, camino al auto..."chau, hasta luego, nos vemos después de comer...a darse un baño y a laburar..."

Amanece. Nos llevamos a casa el olor a humo y a sudor nuevo. Nos asomamos al dormitorio...los chicos se pasaron de cama y duermen abrazados a su mamá y... la vieja!... por algo es "LA VIEJA" ( "mirá vó..., se levantó y se encargó de calentar el baño..."-pensamos-).

Vamos a la cocina, a la pasada, una palmada al perro que se pone "panza arriba", (es temprano para jugar y estamos cansados), ponemos la radio del pueblo, sólo hay música, todavía no empezó el primer programa.

Amaneció. Por la ventana vemos como se despierta el barrio.

Con suerte, tal vez hoy... la sirena no llame.

Esta situación se repite en todos los hogares donde hay un Bombero Voluntario.

Bomberos Voluntarios Concordia.

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