Internacionales Por: Editor 16/03/2022

La heroína de la televisión estatal rusa, en libertad: "Ha sido uno de los días más difíciles de mi vida"

La periodista Marina Ovsyannikova (43 años), que salió con un cartel de "no a la guerra" en el Canal 1, ha sido condenada a pagar 250 euros.

La periodista Marina Ovsyannikova, en Moscú ayer.

"¿Dónde está Marina Ovsyannikova?". Era la pregunta que corría de boca en boca tras el gesto heroico de la editora del Canal 1 de la televisión estatal rusa, que exhibió el cartel del "no a la guerra" y advirtió a millones de compatriotas durante el telediario: "No creáis la propaganda, os están mintiendo".

Tras tener toda la noche en vilo a sus amigos y a sus propios abogados, Marina Ovsyannikova (43 años) apareció finalmente este martes ante un tribunal en Ostakino, acompañada de un letrado. Según la BBC, la periodista ha sido acusada de "organizar una evento público sin autorización", ha sido puesta en libertad y condenada a pagar una multa de 250 euros. En aplicación de la ley recién aprobada por el Parlamento ruso, Ovsyannikova podría haber sido condenada a 15 años de cárcel por diseminar "información falsa".

"Ha sido uno de los días más difíciles de mi vida", declaró la periodista rusa -de padre ucraniano- a la salida de los juzgados. "He estado dos noches sin dormir y he pasado 14 horas detenida y privada de contacto incluso con mis abogados. Ahora solo quiero descansar. Doy las gracias a todos mis amigos y seguidores por su apoyo".

"¡Esa perra debería ser encarcelada al menos por 10 años!", proclamó Anton Krasovski, director de la cadena RT, que se remitió a las palabras de su "jefa" y propagandista mayor Margarita Simonyan (conocida como la Goebbels con faldas), cuando dijo aquello de: "Nosotros ponemos en la calle a quienes comentan traición o robo".

Fuera de Rusia, Marina Ovsyannikova se ha convertido en poco menos que una heroína contra la "mordaza" impuesta por Putin, que prohíbe incluso hablar de "guerra" en los medios oficiales, donde la invasión de Ucrania merece el tratamiento aséptico de "operación militar especial".

El presidente Zelenski alabó a la editora de la televisión rusa "por decir la verdad". Desde el Reino Unido, el secretario de Estado para Europa James Cleverley, rompió una lanza "por el alto grado de valentía" exhibido por Ovsyannikova y por "todos los que protestan contra un régimen autoritario y opresivo, y que necesitan saber lo que se está haciendo en su nombre".

"Vladimir Putin está mintiendo a los rusos sistemáticamente y es realmente importante que le verdad aflore", declaró James Cleverley, sumándose a la preocupación general por la situación de Marina Ovsyannikova. Su trayectoria en el Canal 1 había sido hasta ahora intachable, hasta el punto de ser una de las pocas personas con acceso al plató donde se emite el telediario (habitualmente bajo vigilancia policial).

"Lamentablemente, durante muchos años, trabajé para el Canal 1 haciendo propagando del Kremlin", reconoció la propia Marina Ovsyannikova en un vídeo difundido por la organización de derechos humanos OVD-Info tras su irrupción en el telediario. "Estoy avergonzada de haber dicho mentiras en la pantalla de televisión y de haber permitido la zombificación de los rusos".

"Solo nosotros tenemos el poder de parar esta locura", proclamó Marina en el vídeo casero. "Id a las protestas. No tengáis miedo. No nos pueden meter a todos en prisión".

Según la BBC, el padre de Ovsyannikova es ucraniano y su madre es rusa. Aunque no había revelado sus intenciones a ninguna persona cercana, su resentimiento hacia el régimen de Putin se llevaba larvando desde la ocupación de Crimea en el 2014.

"La ira se le fue acumulando desde que empezó la guerra, pero la decisión la tomó dos días antes", declaró a The Guardian un amigo de Marina Ovsyannikova que prefirió no identificarse. "Es una persona de gran corazón, que realmente se preocupa por la gente y por los amigos. Al mismo tiempo, vivía muy asustada por trabajar para el Estado y ser parte del sistema. Tenía también miedo a perder su vida confortable hasta la otra noche".

"Lo que está pasando en Ucrania es un crimen y Rusia es el agresor", proclamó finalmente Marina en su vídeo. "Y la responsabilidad de esa agresión recae en una sola persona: Vladimir Putin".

Su gesto de disidencia ha tenido un impacto sin precedentes en la opinión pública y amenaza con provocar una reacción en cadena entre los periodistas rusos. Horas después del incidente, la presentadora Lillia Gildeyeva dimitió al frente del programa Segodnyaen el canal NTV, el tercero más visto en Rusia. Gildeyeva había sido distinguida en 2021 por el propio Putin por "sus logros".

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