
El editorialista traza una semblanza sobre la humanidad del Papa Francisco y lo traslada imaginariamente hacia nuestra Concordia, ubicándolo al Papa en la UP3, el COPNAF o en algún hogar de ancianos, lejos del lugar donde se decide la vida y hacienda de centenares de personas y que es nombrada como "la Caldera del Diablo". Las flores amarillas son las preferidas de Francisco por esa razón se las ubica en esta nota editorial.