INTA Concordia trabaja en biotecnología para la producción de mandarinas sin semillas

Concordia 21/06/2023 Editor Editor
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Investigadores del INTA Concordia, en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias de España, están desarrollando una tecnología revolucionaria que podría revivir el mercado de las mandarinas. Se trata de la obtención de híbridos triploides de cítricos que producen frutos sin semillas, con excelente sabor y fácil pelado, y que mantienen su calidad poscosecha.

En la actualidad, Argentina se posiciona como el séptimo productor mundial de frutas cítricas, con un enfoque destacado en las mandarinas, las cuales son consumidas mayoritariamente como fruta fresca. El 95% de la producción nacional de mandarinas proviene de la región NEA, siendo la provincia de Entre Ríos la líder en este cultivo.

Con el objetivo de mejorar las características de estas mandarinas, el equipo de investigación del INTA Concordia ha estado trabajando arduamente en la obtención de híbridos que cumplan con los requisitos exigidos por los consumidores.

El programa de mejoramiento genético de mandarinas del INTA se centra en el desarrollo de nuevas variedades que ofrezcan frutos de excelente calidad organoléptica, es decir, con un sabor sobresaliente, fácil pelado, sin semillas y que mantengan su calidad durante toda la campaña de producción, incluyendo el periodo poscosecha.

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El especialista en mejoramiento genético del INTA Concordia, Miguel Garavello, explicó que se están empleando herramientas biotecnológicas para lograr la obtención de estas variedades sin semillas. El enfoque se basa en la obtención de híbridos triploides, que son células u organismos con tres conjuntos de cromosomas. Esta estrategia se ha convertido en una de las más importantes en los programas de mejora genética de cítricos a nivel mundial.

En la actualidad, el equipo del INTA Concordia se encuentra en la etapa inicial del desarrollo de plantines de estas nuevas variedades de mandarinas sin semillas. Se espera obtener los primeros frutos en los próximos años, lo que podría revolucionar la industria citrícola nacional.

Uno de los beneficios clave de estos híbridos triploides es su baja fertilidad, lo que resulta en la ausencia de semillas en los frutos. Esto también evita la formación de semillas en otras variedades a través de la polinización cruzada. Además, estos híbridos son más respetuosos con el medio ambiente, ya que no requieren de control químico para evitar polinizaciones indeseadas, permitiendo la coexistencia con colmenas en el mismo cultivo.

El proceso de obtención de estos híbridos triploides implica el cultivo in vitro y la germinación de los embriones. Las semillas con embriones triploides se identifican y aíslan, luego se desinfectan con hipoclorito de sodio y se colocan en paquetes pequeños en telas de gasa. Posteriormente, se les retiran los tegumentos en condiciones asépticas, y los embriones se cultivan en tubos de ensayo con un medio nutritivo. Este proceso permite la germinación y desarrollo de los embriones triploides, que finalmente se convierten en plantines.

Garavello destacó que a nivel mundial ya existen variedades de híbridos triploides desarrolladas en diferentes programas de mejora genética, como los híbridos españoles Garbí, Safor y Alborea, los híbridos estadounidenses Shasta Gold®, Tahoe Gold® y Yosemite Gold®, y los híbridos italianos Tacle, Clara, Mandared, Mandalate y Lemox.

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