Hugo, un creador

Y ese ha sido el destino que tuvo Hugo Rojas en su tránsito por las calles y el aire por el que se difundía su “Naranja Mirona” ganar amigos y los tenía, como se demostró apenas conocido su temprana partida que dejó consternados a muchos, sin importar sexo, ni edad.
Hugo, había creado un programa televisivo, destinado a los estudiantes, pero que captaba la atención de todos, entretenía sin chabacanería con un sentido tan localista que su logo estaba representado por una naranja, a la que daba vida, mirando lo que ocurría en su piso de televisión.
Hoy, cuando todo viene enlatado y los chicos se pasan mirando series producidas en China o en Estambul, la importancia de los creadores, que como Hugo, la pelean para mantenerse durante muchos años dirigiendo una producción totalmente local, es digna del mayor de los elogios, aunque, como siempre, llega tarde, pero tal vez, el aura de Hugo pueda ver desde el trasmundo que su esfuerzo no ha sido en vano, que sus contemporáneos reconocemos su paso por este mundo terrenal.
Si bien, somos agnósticos, pensamos que se ha apagado el cuerpo físico y que el alma es inmortal y debe haber una vida después de la muerte, donde seguramente y sin meternos en temas filosóficos o de interpretaciones religiosas, creemos que Hugo, despojado de los problemas terrenales, debe estar pasándola “bomba” en el lugar en donde se encuentre su alma.
Como son pocos los que han regresado de ese lugar, aunque los que lo han hecho cuentan de sensaciones de luces y bienestar, lo cierto es que el trasmundo es un misterio y no vale la pena intentar descifrarlo en nuestra humilde condición de caminante de la vida y Hugo ha dejado ejemplos de que su camino en la vida, fue de esfuerzo, tesón y amistad, lo que ocurre tras la vida, pertenece, justamente a lo que viene después por eso decimos: trasmundo, pero imaginamos que el alma de un caminante de la vida como Hugo, como dijimos antes, estará ahora muy bien.
Los que sufrimos la partida, anticipada, son su familia y amigos cercanos, los que lo conocimos y apreciamos y sus espectadores que extrañarán la magia de Hugo frente a las cámaras: resignación y el adiós con un aplauso es nuestra despedida.