Un adiós a Jorge Larrañaga y el legado del cruce del gasoducto entrerriano a Uruguay

Por Jorge Pedro Busti

Despedida 24/05/2021 Editor Editor
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Con la temprana muerte de Jorge Washington Larrañaga Fraga, a los 64 años, Uruguay pierde a uno de sus mejores dirigentes de las últimas décadas. No es casualidad que miles de personas hayan salido a las calles de su Paysandú natal, pese a las bajas temperaturas, para darle el último adiós al caudillo blanco.

Durante los diez años en que fue intendente de Paysandú siempre nos unió una relación de respeto y anhelos compartidos para nuestros pueblos hermanos. Trabajamos como pares, cuando fui intendente de Concordia entre 1991 y 1995, y luego continuamos el vínculo al ser elegido gobernador de la provincia en mi segundo mandato.

En octubre de 1998 pudimos concretar con Larrañaga uno de los sueños que siempre nos rondaba en nuestros encuentros y conversaciones: el paso del gasoducto entrerriano a la República Oriental del Uruguay, a partir de la construcción de un cruce por el puente internacional José Gervasio Artigas, apuntalando de esta manera el proceso de integración del Mercosur y ubicando a nuestra provincia como pionera en la generación de políticas estratégicas para este bloque regional, que en aquel momento tenía siete años de historia.

Recuerdo como si fuera hoy aquella histórica jornada, en la sede que ANCAP tiene en Paysandú, cuando el Presidente Julio María Sanguinetti dijo: “Los argentinos son hermanos de los uruguayos, pero los entrerrianos son sus hermanos mellizos”.

Se trató de un verdadero hito de integración y hermandad con el Uruguay, para los entrerrianos quizás sólo comparable con la represa de Salto Grande, ya que esta obra estratégica permitió que nuestro gasoducto abastezca de gas natural a todo el litoral uruguayo, entrando por el norte de la ciudad de Paysandú.

Desde Entre Ríos lo hicimos ponderando a los recursos energéticos como una herramienta fundamental para el crecimiento sostenido y el desarrollo sustentable de la región, considerando especialmente el aspecto humano, dado que el gas natural no sólo favorece a las industrias, sino que también es un componente sustancial para reducir desigualdades y brechas sociales.

No tengo dudas que “El Guapo”, como le decían a Jorge Larrañaga, compartirá plenamente que el gasoducto entrerriano ya es un hito en la historia del desarrollo provincial y de la integración regional; es una expresión de férrea voluntad y de estrategia política de largo plazo. Es la materialización de la Entre Ríos federal que soñaron nuestros próceres.

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