Editorial Por: Editor 09/09/2021

No queremos ser Rosario

Es increíble cómo los delincuentes parecen mimetizarse en cuanto a los hechos que son protagonistas. Como sabemos, Rosario es la Chicago argentina, con seis asesinatos en menos de un día; entre estos, el asesinato de personas que eran testigos “protegidos” y resultaron acribillados antes de que señalen a los que estaban dispuestos a vender.

En el código del hampa, ser “buchón” es firmar la sentencia de muerte, especialmente allí, donde el crimen ha sentado sus trece y parece que no hay fuerza que puede ponerle coto.

Lo sucedido ayer en Concordia, llama la atención, no es frecuente que un motociclista se ponga a la par de otro y le descerraje nada menos que siete disparos de pistola automática 9 mm. 

Todo hace pensar en un ajuste de cuentas del narcotráfico, son prácticamente los únicos que tienen sicarios y armas de tan grueso calibre con suficientes municiones como para descargar todo lo que tenía con la intención de segar la vida de la víctima.

Mientras en Rosario, los sicarios en moto se atreven hasta a tirotear el Palacio de Justicia y la casa de los magistrados, en Concordia, se advierte un aumento de la violencia que, por ahora, parece destinada a ajustar las cuentas de los propios delincuentes, pero si no se le pone rápidamente coto, la mano libre de los sicarios, se pondrá a disposición de otros menesteres y ya nadie podrá vivir tranquilo.

La vida, en realidad, en Rosario, vale poco, cualquiera que esté dispuesto a pagar puede contratar un sicario y mandar a eliminar a quien se le cuadre, si los sicarios se atreven con los jueces, ya poco o nada les importa, pueden intentar matar a cualquier y por relativa poca plata.

¿Cuánto vale una vida? Si es un juez, el precio sube, según lo que cuentan off the records, los policías rosarinos, pero si es un ciudadano común, con 50 mil pesos pueden dejar rengo a cualquiera y, por 100 mil, dejarlo listo para un sobretodo de madera. Triste, pero es la verdad de lo que está ocurriendo en esa ciudad.

Agregan los policías, que se está viendo que los sicarios rosarinos se están “vendiendo” para hacer “trabajos” fuera de su ciudad. Solo necesitan una moto y ellos ponen el resto de los “fierros” para dejar fuera de circulación para siempre a cualquier persona.

Pero aquí, donde todavía no se ha visto, el accionar de sicarios organizados para cometer crímenes contra la vida por dinero, hay que abortar con rapidez estos hechos que, como el de ayer, pusieron a un hombre al borde de la muerte tras descargar toda la munición que tiene una 9 mm. con la seria intención de matar a la víctima y esto es muy preocupante y exige de las autoridades una investigación rápida, eficiente y destinada a poner fin antes que se esta espiral de violencia siga hasta convertirse en una sucursal de Rosario, lo que obviamente no queremos.

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