
De acuerdo con la leyenda, Cachemira fue creada por un asceta místico en un lugar donde antes existía un lago. Fue un principado hindú hasta el siglo XIV y, luego, musulmán hasta 1819, cuando fue anexada por el reino Sikh de Punjab. En 1846, Cachemira se transformó en un principado autónomo bajo la tutela del Imperio Británico, que buscaba un estado tapón frente a China y Rusia.