Esperanza

JCC (que no es “Calucho”, aunque su acrónimo sea igual) me escribe enviándome datos para editorializar sobre cómo salir de la crisis le contesto brevemente que estando la sociedad en cuidados paliativos por la crisis no debo agregar confusión o ideas perfectamente factibles de realizar pero que no encuentran eco en los que detentan el poder.
En fin, si vivimos en un mundo donde no hay resultados matemáticos, donde el uno más uno, no resulta dos, sino cero, las experiencias vividas no pueden tomarse como valederas, ni lo aprendido como cierto. Una revelación certera, este mundo ha mutado y lo cierto se vuelve incierto y datos de la incertidumbre pueden transformarse en verdaderos por obra del realismo mágico que muestra lo irreal o extraño como algo cotidiano y común.
Algunos, que podrían ser considerados como gurúes o “maestros”, expertos en temas de desarrollo que es una de las formas de salir de la crisis y otros que, sin serlo, tienen el honorífico título de “caciques” de la tribu por su edad y experiencia, nos rebelan datos y recetas que podrían seguirse pero se refieren a situaciones de cierta normalidad, alejadas de esta situación convulsiva de la economía y la sociedad.
¿ Entonces, que hacemos ?.
Le hemos preguntado a personas que no están involucradas en la política ni en la economía, pero que son víctimas diarias de los aumentos en los precios de los comestibles, la nafta y la electricidad. Incluso han tenido que reducir la dieta de sus mascotas. La respuesta que hemos recibido nos ha sorprendido. Aunque hace unos años se decía “que se vayan todos”, hoy en día subyace en el espíritu colectivo de nuestra gente una palabra que es más producto de emociones que de realidades: “esperanza”.
Y si para acometer cualquier acción hay que estar motivado para tener fuerzas suficientes, entiendo que la unión de esperanzas individuales puede llegar a ser una fuerza poderosa común para enfrentar el porvenir.
Concordia, como ciudad, ha sido la que ha tenido un rol protagónico en la política y en la economía provincial, con aciertos y errores, como es cualquier actividad humana, marcó un posicionamiento fuerte y trascendental y cuando quedó excluida del gobierno provincial no recibimos ni las migajas, ni siquiera la visita del gobernador y nos vimos inundados de bonos federales y una conducción castrense del gobierno, casi como un mensaje de odio hacia nuestra Concordia, que merecía ondas de paz y amor.
En ese punto, no queda duda que la premisa de la hora que nos toca vivir es la de juntar esperanzas para hacer un núcleo fuerte que nos permita tener una Concordia unida, fuerte y esperanzada en el porvenir.