"Hay una falta de valorización injustificada del Papa por parte de los argentinos"

La coautora del libro “El Pastor” se refirió la conflictuada relación del pueblo argentino con el Sumo Pontífice. "Los que no entienden a Francisco es porque no conocen a Bergoglio", describió.

Interés General 08/03/2023 Editor Editor
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La ex presidenta de la Asociación de Corresponsales Extranjeros en Argentina, Francesca Ambrogetti, explicó por qué el Papa Francisco nunca volvió al país. "Tiene una vocación tal que lo que él quiere y desea debe quedar en segundo término", argumentó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

- En este décimo aniversario que se cumple de la elección del Papa Francisco, ¿será la segunda década de su papado el momento de su reconciliación con los argentinos?

- No lo sé, pero lo espero. Hay una falta de valorización injustificada del Papa por parte de los argentinos la cual es dolorosa. Todo surge de un profundo malentendido. 

- ¿Qué síntoma hay en eso? ¿Hay algo que trasciende a Bergoglio y que tiene que ver con la grieta?

- Los argentinos que no entienden a Francisco es porque no conocen a Bergoglio. Si lo conocieran, probablemente entenderían la demora en llegar a Argentina.

En relación a eso quiero contar algo: él era muy apegado a su familia acá y todos quedaron en el país. Y en Italia tiene otra parte de su familia, la del padre. Ellos viven muy cerca de Roma, casi nada. Sin embargo, tardó más de 9 años en ir a verlos. Incluso el Papa Juan Pablo II tardó meses en ir a Polonia a visitar a los suyos.

Pero esto tiene que ver con su personalidad, él nunca pasaba las Fiestas con la familia y seguramente era lo que más deseaba. Francisco tiene una vocación tal que lo que él quiere debe quedar en segundo término. 

Otra cosa: nunca llevó a nadie desde Argentina, teniendo la posibilidad de poder rodearse de personas allegadas de su propio país.

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- ¿Pero cómo se explicaría esa personalidad? ¿Es algo estoico, acaso?

- Para Bergoglio, el otro está antes que él mismo. En el momento en que era rector en el Colegio Máximo de San Miguel  vivía en un cuarto sin ventanas con apenas un pequeño panel de madera que lo separaba del resto. Cuando lo vi no podía creerlo. 

Algo que nos contó fue que cuando llega a ser arzobispo nunca se quiso mudar a un mejor cuarto. Y esto tiene que ver con su esencia piamontesa, uno hereda cosas del lugar dónde nace.

- Los neurólogos lo relacionan con la filogenética. ¿Cómo lo vincularía usted específicamente con Piamonte?

- Habría que estudiarlo realmente. Le cuento una anécdota: tengo un colega que vive en un lugar paradisíaco llamado Castel Gandolfo, ubicado en la región de Lazio. Él me dijo que no nunca fue a visitarlo, pese a que el Pontífice tiene todas las instalaciones para poder usar. 

Los piamonteses son personas absolutamente austeras. Incluso un filósofo muy conocido, Norberto Bobbio, dijo que en la bandera de Piamonte habría que poner un lema que diga “No exageremos”, ya que están en contra de eso justamente. Le dan mucho valor al concepto de no creérsela.

De hecho en el primer libro, cuando le preguntamos, él contestó que el peor de los pecados sería creérsela. 

- ¿Cuál es la relación de los italianos con, como lo llaman ellos, el Papa Bergoglio?

- La mayoría del pueblo italiano lo aman profundamente. Tal vez los sectores más conservadores de la iglesia no están tan de acuerdo en todo.

Casi todos los comentarios que recibo son de un amor de un pueblo hacia su párroco. Alguien me dijo alguna vez que cuando habla desde el balcón sienten que le habla directamente a cada uno de ellos.

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