LAS PARCAS

Lamentablemente, se dio en alguien que no estaba metido en un acontecimiento peligroso y en un enfrentamiento como se escuchaba en los primeros minutos del hecho, Danilo falleció por tratar de evitar que siguieran ocurriendo problemas en la plaza de la barriada de Benito Legerén.
Y que no haya sido en un hecho violento nos entristece aún más porque Danilo muere producto de la incomprensión del asesino que le dispara porque sí, ya que no representaba ningún peligro, no se acercaba a echarlo de la plaza ni a pegarle, sino simplemente a preguntarle "¿Qué onda Nano?"
La psicología criminal que estudia el porqué ocurre el delito, es decir, los minutos anteriores a la reacción del criminal para apretar el gatillo, encontrará en la actitud de “Nano” que seguramente estaba alienado por la ingesta de drogas o alcohol, claro que no es un justificativo para cometer un crimen, como tampoco lo era andar armado y con un revólver en condiciones de disparar y causar la muerte.
Se establecerán después, que la furia de Nano lo llevó a apretar dos veces el gatillo como queriendo causar un daño menor, ya que si lo que hubiese querido era “parar” a Danilo, le hubiera disparado una vez, y tal vez, a las piernas, pero apuntó al tórax y fue certero en atravesarle el corazón con una bala de bajo calibre como es un 22, pero con un poder letal.
Causa bronca también porque según comentan en el barrio, Danilo supo sobreponerse a la fama de su familia: Su padre era alias “El Dulce” un delincuente muy conocido hace unos veinte años y que murió asesinado, su hermano, también con cuentas pendientes con la ley pero el tenía en el deporte del fútbol su razón de vida y un futuro brillante como jugador, era bueno, tal vez, con un poco de suerte sería un émulo de la “Pantera” o de su hermano Walter, jugadores de Concordia que escalaron a las ligas mayores del fútbol.
Pero, que tenga o no la suerte de ser un jugador de élite, no es motivo para morir así, “a la macana” y cuando se dice que en el caso no estuvo involucrado el narcotráfico, yo creo que sí, porque si “Nano” no hubiera estado “dado vuelta” por la ingesta de drogas, difícilmente le pegaría dos tiros en el corazón a un conocido sin razón alguna.
No podemos echar la culpa más que al asesino y a quienes le vendieron el producto para envenenarse y también al destino que quiso Danilo pasare en ese justo momento por la plaza para advertir que había una cuestión que requería de una intervención menor para que vuelva la paz y la armonía, nadie, menos Danilo que habrá muerto sorprendido por los dos tiros que lo fulminaron…por nada.