Evalúan el impacto del fenómeno "La Niña" en los cultivos de la región

El fenómeno climático La Niña, que se caracteriza por provocar sequías, bajante de los ríos e incendios forestales, se presenta por tercer año consecutivo.

Economía 17/09/2022 Editor Editor
Maíz, sequía, La Niña

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), que forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), alertó que este año podría darse por tercer año consecutivo el fenómeno climático de La Niña, algo que no pasa desde 1950 y sería la primera vez que ocurra en este siglo.

Esto puede llegar a generar sequías, bajantes en ríos y un aumento significativo de incendios forestales, tal como sucedió el verano pasado. En este marco, existe preocupación en los productores agrícolas, ya que podrían verse afectadas las cosechas de maíz y soja, dos de los cultivos más extendidos y que más divisas generan en Argentina.

Nuestra provincia no está ajena a esta situación. El ingeniero agrónomo Pablo Fontanini, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BolsaCER) –institución que creó el sistema de información SIBER para evalúar diferentes cuestiones vinculadas al agro–, manifestó: “Vemos cómo los principales pronosticadores a nivel mundial de instituciones de relevancia, tales como la Administración Internacional de los Océanos y la Atmósfera (OIEA) de Estados Unidos, el Departamento de Climatología de Australia, o el Servicio Meteorológico Nacional en la Argentina, entre otros, están hablando de la situación de un Pacífico Ecuatorial más frío que lo normal o que continúa con ese enfriamiento que ha comenzado hace poco más de dos años, lo que indica que para el período estival estaríamos frente a un evento que se conoce como La Niña”.

Al respecto, explicó: “La Niña se caracteriza por generar habitualmente una menor precipitación: tomando registros históricos, se da una importante disminución en la precipitación de América, sobre todo en un sector que va del centro sur de Brasil al sur de Buenos Aires. Esto ocurre entre noviembre y marzo, y en este período, el trimestre de mayor relevancia suele ser noviembre, diciembre y enero. En contrapartida, en Australia se ve un incremento de precipitación”.

Si bien en algunos informes se menciona que este fenómeno puede observarse este año ya desde este mes, el especialista aclaró: “Normalmente el efecto de El Niño o La Niña comienza a visualizarse en el mes de noviembre. Antes los registros no son orientativos para estos eventos”.

Consultado acerca de si es una rareza la continuidad de La Niña durante tres años seguidos, observó: “Este sería el tercer año que se presenta de manera consecutiva un evento Niña, pero también ha habido años consecutivos con El Niño. Eso es aleatorio, no hay una regla que diga que si este año fue Niño, el otro tiene que ser Niña y el siguiente neutro. No sigue una regla. Lo que podemos decir, siempre hablando de probabilidades, es que en el 67% de los casos se ven lluvias por debajo de lo normal”.

“Si nos vamos a las últimas seis Niñas que hubo, en los ciclos 2010-2011, 2011-2012, 2016-2017, 2018-2019, 2020-2021, 21-22, y ahora posiblemente ya la 2022-2023 sería la séptima, en cuatro de esos de esos seis años llovió en promedio, entre noviembre y marzo, menos que lo normal: el promedio general de las precipitaciones en esos seis años, de noviembre a marzo, fue de 500 milímetros, es decir unos 130 milímetros menos que el promedio habitual, que son 630. Pero hubo dos de esas campañas que fueron Niña, la del 2011-2012 y la del 2016-2017, que llovió más que lo normal. Por eso se menciona que en el 67%, o si se quiere el 70% de los casos llueve menos, pero también puede ser que llueva más, porque siempre estamos hablando de probabilidad del clima, no de certezas; es una probabilidad de ocurrencia de algo”, subrayó Fontanini.

En este marco, en referencia a la actividad agrícola, analizó: “Puede ser que pase algo eso y lo debe tener siempre en cuenta el productor, pero lo que no sabemos del efecto de La Niña y de los modelos climáticos es qué mes va a llover menos y en cuánto disminuyen las precipitaciones. Por ejemplo, ha habido Niñas donde ha llovido muy poco, como fue en febrero de 2018, y en ese caso impactó muy fuertemente el rendimiento de soja. Y en diciembre de 2021 prácticamente en Entre Ríos no hubo lluvia, cayó en promedio fue de 16 o 17 milímetros, siendo que ese mes suele registrar una precipitación promedio de 120 milímetros, e impactó en el maíz de primera, que tuvo un rendimiento de alrededor de 3.200 kilos por hectárea, cuando el promedio de los últimos cinco años es de 6.000 a 6.300”.

“En cambio, estando en un escenario de Niña, a partir de la segunda quincena de enero de este año hubo un buen aporte de lluvia, incluso el mes tuvo una precipitación un poco mayor que la normal. Febrero nuevamente tuvo una caída en la precipitación y marzo tuvo un repunte, y el rendimiento de soja de primera fue de normal a levemente superior”, agregó el experto.

“Por eso, a esa volatilidad en la precipitación mensual dentro del período estival no lo podemos predecir ahora y sí se puede visualizar posiblemente muy cerca de la fecha, viendo cómo viene la tendencia, ya sea de los frentes fríos de los ciclos que van pasando y la descarga que está habiendo en la región y del estado de humedad que tienen los suelos de la región”, opinó.

Con respecto a la humedad de suelos, que suele verse afectada por la sequía, indicó: “En realidad es bastante dinámico y por ahí se producen, y hay que decirlo, precipitaciones muy intensas que generan una recarga importante del perfil”.

En cuanto a este mes, advirtió: “Actualmente estamos transitando un septiembre que genera un cambio en las precipitaciones y tienden a incrementarse, pero por ahora vienen un poco más bajas que lo normal y ya en el centro-sur de la provincia está entrando con reservas escasas; y la zona oeste también registra reservas regulares y ya la demanda de los cultivos, pensando en el trigo por ejemplo, sí entra en un período crítico y requiere una alta demanda”.

“Se está empezando a ver el impacto de este déficit hídrico, al igual que en la colza o la carinata, que estén un poco más avanzados, ya que se siembran antes que el trigo”, concluyó.

Te puede interesar
Lo más visto