"No maté a esa chiquilina", dijo el procesado por caso Lola Chomnalez

"Ni el propio LDSC cree en la lógica de sus palabras, como lo manifestó en la audiencia en que fue indagado", señala el magistrado sobre el procesado.

Policiales 24/05/2022 Editor Editor
Lola
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Según la sentencia interlocutoria del juez Juan Giménez Vera en la que procesó por homicidio muy especialmente agravado a Leonardo David Sena por la muerte de la adolescente argentina Lola Chomnalez, el hombre no reconoce su culpabilidad en el caso y afirmó: "Nunca he matado a nadie. Ni una mosca”.

El ahora procesado con prisión declaró que no vio a Lola. "No maté a esa chiquilina, nunca la vi", dijo y aseguró que solo tuvo contacto con su mochila, de la cual hurtó dinero al encontrarla tirada en la playa. A eso, y a una cortadura que se había hecho anteriormente, atribuyó la circunstancia de que su ADN apareciera entre las pertenencias de la adolescente.

"El procesamiento se solicita con prisión atento a la gravedad del delito, la pena a recaer y la existencia de delitos anteriores. Tratándose del delito más grave previsto por el orden jurídico nacional, amerita la existencia y presunción de riesgo de que el imputado puede pretender sustraerse de la acción de la justicia en caso de que se realice el juicio sin encontrarse detenido, amén de tratarse de un delito que se castiga con pena de penitenciaría", justificó el juez en el documento.

El procesado declaró en la audiencia que supo del caso Lola Chomnalez por los medios de comunicación. "Quizás estuve mal todo este tiempo por no haber hablado. No maté a esa chiquilina. Nunca la vi, ni hablé. Trabajaba en [el supermercado] “333” en Valizas, en la entrada principal y bajaba todos los días a la playa (...)”, declaró ante la Justicia y agregó que su empleadora les permitía a los trabajadores interrumpir la jornada laboral por un lapso de una hora y que él iba todos los días a la playa a tomar mate, en alguna oportunidad con una compañera de trabajo. En una de esas idas a la playa, dijo, vio la mochila "solamente cuando la toma y sustrae el dinero".

"En su relato, afirma que un día (concretamente, entre la noticia de la desaparición y el hallazgo de la mochila, declara que pasaron 3 o 4 días), estibando casilleros de cerveza, cayó uno que provocó la ruptura de una botella de vidrio, y al recoger los restos, se lastimó (cree) que el dedo índice de la mano izquierda, por lo que le pidió a una compañera de trabajo dos curitas, que se colocó en la herida. Seguidamente completó el termo con agua caliente y se retiró del supermercado caminando rumbo a la playa", dijo el hombre.

Según su declaración, al llegar a la playa encontró la mochila, la abrió, vio "que contenía una toalla, un monedero, un par de chinelas y no puede precisar qué otros objetos. Respecto al monedero afirma: “(…) Abrí con la derecha. Tomé el monedero con la mano izquierda, tomé la plata, me la puse en el bolsillo y cerré y me fui. (…)”.

Además, indica que no vio documentos de identidad ni un libro y que dejó en el mismo lugar donde encontró la mochila y no en el mismo sitio en que fue hallada. “No lo saqué al documento ni lo toqué. Yo abrí el monedero", afirmó.

Por otra parte, indicó que no conoce a un cuidacoches apodado “Peteca”, ni a nadie con el apelativo “Cachila”, a quien escuchó por televisión, pero no lo vio.

El documento del juez Giménez Vera señala además que la versión del ahora procesado "debe rechazarse", ya que Lola "tuvo dominio de la mochila hasta su muerte, el día 28/12/2014 entre las 15:30 y 16:30 horas (o entre las 16:00 y las 18:00 horas). "¿Cómo recorrió la mochila los más de 4 km que distan entre el lugar del hecho y donde LDSC versiona que la encontró? Y la siguiente interrogante que se impone es: ¿cómo retornó la mochila desde el lugar en que el enjuiciado expresa que la ubicó, hasta el lugar en donde los funcionarios policiales la encuentran, enterrada en la arena y a los mismos 4 km de distancia, con todos los objetos en su interior con los que la adolescente se retiró de su residencia temporal, salvo el dinero?", se pregunta el magistrado.

"¿Es lógica la descripción que realiza sobre el depósito de su sangre en los objetos premencionados?", cuestiona, y responde: "No. No lo es".

"Ni el propio LDSC cree en la lógica de sus palabras, como lo manifestó en la
audiencia en que fue indagado", señala el magistrado.

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