Judiciales Por: Editor 06/01/2023

Juicio por el crimen de Baéz Sosa: la audiencia en donde se oyeron los testimonios que pueden condenar a los rugbiers

Fueron muchos los que contaron cómo lo mataron a sangre fría. Además, declararon quienes asistieron a Fernando tras el ataque y la chica que le hizo RCP recordó cómo le pedía por favor que no la deje. Un taxista escribió una carta que no pudo leer.

“Todavía están a tiempo de salvar sus almas”. Ese fue el mensaje que Marcos Acevedo quiso decirle a la cara a los rugbiers acusados del crimen de Fernando Báez Sosa. Aunque no pudo hacerlo al declarar en la sala de los tribunales de Dolores como testigo, pero la compartió con los medios. 

Marcos Acevedo, taxista testigo del ataque, llevó una carta al Tribunal de Dolores que no pudo leerle a los jueces. Está escrita de puño y letra y, entre todo lo que quiso expresar en ese texto, se destaca: “Lamento haber presenciado ese acto inhumano pero a la vez le agradezco a Dios ponerme en este lugar y darme la valentía de testificar”.

Ante de él declaró Sebastián Saldaño, el trabajador de un kiosco situado a pocos metros del lugar del ataque y séptimo testigo de la jornada. “Hoy me acuerdo de ver a Fernando en el piso recibiendo patadas y piñas”, dijo tras la pregunta del fiscal Gustavo García y refirió que las patadas se las propinaba Máximo Thomsen y que “el flaquito con rodete” (en referencia a Matías Benicelli) arengaba.

Luego, describió el accionar de los agresores y dijo. “Miraron para todos lados y, cuando se aseguraron de que (Fernando) no podía levantarse, se fueron en dirección hacia el Bosque. Recuerdo que lo golpeaban en la cara y le propinaron patadas en todo el cuerpo. Y también la patada muy nombrada en la cabeza”, dijo.

El testimonio de Valentín Rodríguez se asemejó a lo que habían dicho Virginia Pérez Antonelli y Nicolás Sessa, con quienes estaba la madrugada del 18 de enero en Villa Gesell de vacaciones. “A la salida del boliche, cerca de las 4.37, vemos que a Fernando y a los amigos los atacan los agresores, que eran, como mínimo, ocho. A Fernando primero lo vi parado. Después, por golpes, lo vi tirado en el piso: lo seguían pateando”, rememoró y dijo que, desde su ubicación, solo podía observar la pierna y el torso porque había un auto que impedía ver el resto.

El testigo, además, contó que cuando los agresores se fueron, su amiga (Virginia) y un gendarme asistieron a Fernando. “El oficial fue el primero en hacerle RCP. A mí me pareció ‘un poco bruto’. Después siguió Virginia: ella tiene una certificación de la Cruz Roja. No recuerdo bien cómo siguió la escena. Pero los gendarmes le siguen haciendo RCP mientras ella le sostiene la cabeza. Lo próximo que me acuerdo es que lo levantan en la camilla y lo llevan en ambulancia”, aseguró.

Luego del taxista Acevedo, comienza a declarar Virginia Pérez Antonelli, la joven que le practicó RCP a Báez Sosa e intentó salvarle la vida.

“Vi un chico tirado en el piso y me acerqué. Un chico de mi edad estaba arrodillado al lado de Fernando preguntando si alguien sabía hacer RCP. Como yo había hecho un curso en la Cruz Roja me acerqué con otro chico, un civil, y le tomé el pulso. Como no tenía, le empezamos a practicar. El chico se fue, pero llegaron dos o tres policías. Como hacer RCP cansa mucho y yo soy muy menudita, yo los iba instruyendo con mi voz para que lo hicieran ellos. Mientras tanto, yo le sostenía la cabeza a Fernando y le decía que por favor se quede conmigo”, afirmó.

Después, siempre según su relato, llegaron los bomberos. Le preguntaron si era enfermera y ella dijo que no, pero que sabía hacer primeros auxilios. “Ahí le aplican un desfibrilador y le hacen electro shock. Minutos después llega la ambulancia y se lo llevan”, asegura.

El taxista Damián Acevedo es el siguiente testigo: complica a Máximo Thomsen y a Matías Benicelli. Aseguró antes de declarar que su testimonio sería breve.

Relata lo mismo que los testigos anteriores, una trama del ataque grupal y el remate a cargo de Thomsen.

Acevedo tenía su taxi estacionado en la puerta del boliche Le Brique durante la madrugada del 18 de enero de 2020.

En su testimonio asegura que vio toda la secuencia desde el interior de su vehículo:

“A Fernando lo sacaron del boliche de buen modo, él quería volver a ingresar, pero el patovica se negó. Entonces cruzó la calle. Lo vi tomando un helado, mientras sacaban a otros chicos que estaban exaltados. Había uno de camisa oscura, que estaba muy fuera de sí. Al principio se quedaron sobre la vereda. Fueron camino a la Avenida Buenos Aires, pero no llegaron. Volvieron y fueron derecho a Fernando y a otros chicos que estaban ahí. Recuerdo que empiezan a pegarle sin mediar palabra, le decían: ‘Negro de mierda’, un montón de barbaridades”, contó.

El testigo indica que pudo ver cómo dos personas que intentaron intervenir (“No sé si eran amigos de Fernando”) también fueron golpeados. Sobre la víctima dijo: “Se sentía que la persona estaba inconsciente o que no podía ni siquiera defenderse. Era como que quería pedir ayuda, pero no podía. Un chico de camisa blanca le pegó tres o cuatro piñas a Fernando y después un chico de camisa oscura le pegó patadas”.

Por las descripciones que realizó, estas últimas personas serían Matías Benicelli y Máximo Thomsen.

Comienza su testimonio Tatiana Caro, otra testigo del hecho, que estaba en un bar ubicado junto a Le Brique durante el crimen.

“Yo me encontraba en Beerland, el restaurante que estaba al lado de Le Brique, me acerqué a saludar a uno de los patovicas, Chiqui Muñoz, y justo interceptó el momento en que sacaban a ambos grupos”, declaró. Ella, al igual que manifestaron los patovicas y a lo que se vio en los videos, dijo que a Fernando y a los amigos los sacaron por la puerta principal y a los acusados por la de servicio.

En su relato, refirió que pudo ver cómo “le pegaban a Fernando por atrás y atacaban a los amigos que fueron los que intentaron defenderlo”. Consultada sobre si recuerda a quién le pega por atrás, Tatiana Caro asegura que era “robusto”.

Luego, indica que ese ataque a traición fue cometido por Lucas Pertossi. Aseguró que uno de los imputados dijo: “Quedate tranquilo que a este negro de mierda me lo voy a llevar de trofeo”. Indicó el apellido “Pertossi” de vuelta, pero sin puntualizar cuál de los tres.

Luego, Tatiana concluyó su testimonio.

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