Editorial Por: Editor 23/06/2022

Demasiado frío

Hace demasiado frío a esta hora de la noche, cuando empiezo a escribir sobre el frío de la política para enderezar el funcionamiento de la Justicia de la Provincia.

Hace unos años, la Justicia entrerriana era una de las mejores del país, después por diferentes circunstancias a las que no ha sido ajeno el accionar político hemos ido cayendo a un nivel de descrédito jamás visto. 

Entre Ríos fue pionera en reglamentar los recursos de amparo y los fallos de los jueces engalanaban los reportes jurídicos de las editoriales especializadas, hoy se habla de la provincia para exclamar ¡qué barbaridad! y es que cuando se pierden de vista los objetivos del bien común, de la convivencia y del respeto por los ciudadanos y sus derechos humanos, entramos en el espiral que nos ha dejado por el piso, en realidad, bajo tierra.

Siempre rescato la figura de ese juez ejemplar que fue el Dr. Julio Graciani que cuando los fiscales lo consultaban por una causa de menor cuantía les respondía “pero no, mi amigo, la justicia está para cosas importantes, no venga con esas minucias”. Claro, Julio era un humanista, un ser que no vivía para ver como joder a los demás, un hombre hecho y derecho, lejos de ser un tipo amargado, de mirada con reservas mentales, ni boca torcida en gesto agrio, del cual uno piensa que viene con un puñal bajo el poncho y que sonríe como las hienas, sin hacer alusión personal a algún amargado que integra los cuadros de la llamada “justicia entrerriana” y si usted, amigo lector, visualiza a alguien, queda a su cargo esa apreciación.

El caso Erro es demasiado desgraciado, para él, como víctima de las internas políticas, para la justicia que se transformó en injusticia y para todos los entrerrianos, los a caballos y los de a pie.

Y estamos bajo tierra porque por 17 pesos lo han estado persiguiendo hasta el último escaño judicial del país: la Corte Suprema de Justicia y en ese pérfido afán se han invertido millones de pesos y miles de horas de personal judicial que podría estar ocupado en tareas importantes, defendiendo la comunidad, no persiguiendo a un político para tratar de joderlo, inhabilitándolo.

Si usted quiere cazar un pajarito no le dispara un misil, sino nos parecemos a 
Kim Jong-un, que hizo atar a un opositor a un árbol y le disparó un misil, además de haber tirado al tío a una jauría de perros hambrientos para que lo despedacen.

Y el frío que nos aprieta es porque la Política no puede meterse en un freezer sin resolver las cosas importantes. Cuando la Justicia se transforma en INJUSTICIA ya no es una cuestión de “un poder independiente”, porque el Estado es UNO y esta situación no la resuelven en el Poder Judicial, sino a través de la Política (así con mayúsculas) y la Política es una cuestión de Estado que se maneja a través del Legislativo y Ejecutivo. Si éstos se muestran impávidos ante la INJUSTICIA pasan estos despropósitos y esos poderes son cómplices de quienes se sienten impunes hacedores de estas persecuciones indignas.

No se trata de nombrar jueces del Superior sino de insertar el bisturí hasta el hueso y sacar la pudrición indigna del Poder Judicial. Y hay que hacerlo hoy.

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