La venganza del periodismo

La relación entre Milei y el periodismo alcanzó un punto de tensión inédito. El presidente apeló al lenguaje de la revancha mientras los medios reclaman su rol histórico en la vida pública.

Opinión18/09/2025TABANO SCTABANO SC
pajero

Por Diego Guelar*

Fueron 19 meses de agresiones continúas. Dijo el presidente Milei: "No odiamos lo suficiente a los periodistas".

“La Venganza es un plato que se come frio”. La frase se acuñó en el siglo XVIII, en la novela Las Amistades Peligrosas de Pierre Choderlos de Laclos, y hace referencia a que se debe tener “paciencia estratégica” para devolver los agravios en el momento en que más duela. El periodismo argentino nace a principios del siglo XIX, al mismo tiempo que la Patria misma, altamente politizado y enraizado con el Iluminismo europeo del siglo XVIII.

Las personalidades más importantes de nuestra historia, alternaron “la pluma, la palabra y la espada” desde Moreno y Belgrano, pasando por Mitre, Alberdi y Sarmiento, hasta Perón, Frondizi y los dos últimos grandes del último tramo: Menem y Alfonsín (aunque las espadas hayan quedado en el pasado).
Es imposible separar los grandes acontecimientos públicos del devenir periodístico con esos grandes personajes como Botana, Noble, Timerman, Neustadt, Escribano o Lanata.

Los 2 últimos años vivimos un proceso inédito de explicitación de un vínculo muy conflictivo entre el Presidente y los medios. Salvo un muy limitado grupo de “amigos del poder”, la mayoría vivió con zozobra esta situación, con la duda de cuando la violencia verbal pudiera convertirse en física. Eso no ocurrió, pero el humor social cambió abruptamente entre fin de agosto y principio de septiembre (las elecciones provinciales de Corrientes y la provincia de Buenos Aires).

El “ajuste más importante del mundo”, según las propias palabras del presidente, dejó muchos heridos en el camino y terminó con la paciencia de muchos otros. No podía ser de otro modo. Los daños acumulados en 50 años no podían resolverse en menos de 2 años.

Pero la falta de empatía entre el Poder y la gente fue -y es- harto evidente. Por otro lado, la muy tibia presencia de los partidos, sindicatos y organizaciones Civiles, dieron una equivocada impresión de tolerancia sobre los costos sociales de esta última etapa.

El “Cambio de Época” se adelantó al cronograma electoral y es difícil imaginar el tránsito de aquí al 26/10 y, más aún, el tránsito de esa fecha al 10/12, especialmente si no se concreta el soñado -por el presidente- teñido del país con el color violeta.

Los argentinos hemos transitado muchas situaciones de este tipo -incertidumbre cambiaría, fuga de divisas, recesión económica abrupta- y sus dolorosas consecuencias para el conjunto de la sociedad.

El periodismo es un componente central -y lo será en el futuro- para filtrar y moderar muchos de los miedos e incertidumbres que se producen, pero, por el momento, se verifica ese “sabor dulce de la revancha”.

Yo estoy seguro que el Periodismo sabrá asumir su responsabilidad en la recomposición del tramado social. Esperemos que el Gobierno Nacional sepa interpretar el humor colectivo y convoque a un amplio acuerdo social y político, para que, en UNIDAD NACIONAL y PAZ, podamos enfrentar con éxito los desafíos que tenemos pendientes.

*Diplomático y candidato a Senador Nacional por UCEDE-Caba.

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