Turquía: ¿saqueos y linchamientos en la zona del terremoto?

En Hatay, el duelo se convierte en miedo e ira. Actualmente circulan por internet videos de presuntos saqueos y violencia contra los presuntos responsables. ¿Cuán segura es la situación en la zona del terremoto?

Internacionales 17/02/2023 Editor Editor
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Tareas de rescate en Hatay, Turquía: cuando se confunde a los socorristas con saqueadores.

Cuatro hombres tirados en el suelo, el mayor, semidesnudo, los otros con pantalones y chaquetas oscuras. Dos policías los golpean brutalmente con porras y los insultan de la peor manera. "¿La gente yace bajo los escombros y ustedes, bastardos, roban fideos? Los aceptamos en nuestro país y ¿qué hacen, robar?", les gritan. Un policía lanza gas pimienta a la cara de los hombres indefensos. Otro desde el fondo da la orden: "Rómpanles las manos a esos ladrones".

Cada vez circulan más videos de este tipo en la red. Hasta ahora, la Asociación Turca de Derechos Humanos (IHD) solo ha registrado pocos casos de violencia como este. Pero casi todos se producen en Hatay.

En esa provincia turca, la más meridional del país, la destrucción es grande. Los reporteros de DW en el lugar informan de una devastación de proporciones inimaginables. Las ciudades parecen haber sido escenario de una guerra que duró varios años. Los que pueden abandonan la provincia. Muchos de sus familiares siguen atrapados bajo los escombros a la espera de ser rescatados.

Más de 12.000 máquinas pesadas están en funcionamiento en toda la zona del terremoto, retirando escombros, acero y hormigón, según la autoridad turca de gestión de catástrofes AFAD. Sigue habiendo una necesidad urgente de tiendas de campaña para protegerse del invierno, calefactores, generadores eléctricos, agua, alimentos y medicamentos. El agua corriente y la falta de letrinas dificultan aún más la ya complicada rutina diaria de los supervivientes y los trabajadores humanitarios. En algunos lugares, el hedor de las tuberías de aguas residuales reventadas se mezcla con el olor a putrefacción, informan los residentes.

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La destrucción en Hatay es de una magnitud inimaginable.

En esta situación, los populistas y nacionalistas de derechas agitan a la población, principalmente, contra los refugiados, o discriminan a las minorías. "Un sirio saqueó un supermercado y también robó preservativos", aseguran, mientras circulan fotos de un paquete de condones.

Un caso dado a conocer por la Asociación de Abogados Progresistas de Turquía (CHD) acabó fatalmente. El fin de semana, la gendarmería del municipio de Altinözü, en Hatay, detuvo a dos presuntos saqueadores. Para uno de los hombres, la estadía en la comisaría tuvo un fin precipitado: al día siguiente, el padre tuvo que identificar a su hijo muerto. Según la CHD, se fracturó las costillas y la nariz, y murió debido a un coágulo de sangre. El otro hijo seguía hospitalizado y también había sido torturado.

Linchamientos de refugiados

En un video difundido en Twitter, tres hombres, al parecer refugiados, yacen sin vida en una calle junto a una furgoneta blanca. "Los saqueadores recibieron su merecido", se oye de fondo. Los ojos de un hombre sin vida, con la cara ensangrentada, miran inmóviles al cielo. El video no fue retirado de Twitter hasta el lunes (13.02.2023) por la noche.

Como subraya la Asociación Turca de Derechos Humanos (IHD), la tortura es un crimen contra la humanidad. La asociación pide a las autoridades turcas que encuentren inmediatamente a los autores y les exijan asumir su responsabilidad. El gobierno debe recalcar claramente que la violencia no está exenta de consecuencias, y que la tortura y la justicia por mano propia están prohibidas.

Tensa situación de seguridad

El ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag, citó 75 casos de saqueo en la zona del terremoto durante el fin de semana. En este contexto, se había detenido a 57 sospechosos. También se ha ampliado a cuatro días el plazo de detención policial en casos de robo y saqueo. Normalmente es de un máximo de 24 horas.

Desde el lunes, cada vez son más los socorristas extranjeros que se retiran y regresan a sus países de origen, ya que hay pocas esperanzas de encontrar víctimas aún con vida bajo los escombros.

La IDH también se refiere a que los más vulnerables en este momento son las mujeres, los niños y los refugiados. Y a que hay grupos paramilitares en algunos barrios que contribuyen a que aumente la inseguridad.

 

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