Doble homicidio en Vicente López: Investigan si al matrimonio lo asesinaron con una de sus armas

Diego y Martín Del Río, los hijos de las víctimas, denunciaron que además del dinero y las joyas robados de la caja fuerte faltaban dos armas, por lo que ahora los fiscales no descartan que los ladrones utilizaran una de ellas para ejecutarlos.

Policiales 07/09/2022 Editor Editor
Homicidio Vigente López
Los homicidas robaron unos 10.000 dólares, 1.500.000 pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y diamantes.

Los hijos del matrimonio asesinado a balazos hace dos semanas en su casa del partido bonaerense de Vicente López denunciaron que además del dinero y las joyas robados de la caja fuerte faltaban dos armas que su padre tenía en la propiedad, por lo que ahora los fiscales no descartan que una de ellas, una pistola 9 milímetros, haya sido empleada para ejecutarlos, informaron fuentes judiciales.

El dato surgió de las testimoniales, que los fiscales que tienen a cargo la causa le tomaron el viernes pasado a Diego (48) y Martín Del Río (47), hijos de las víctimas José Enrique Del Río (74) y María Mercedes Alonso (72).

“Faltan un calibre .22 y una 9 milímetros, pero no sé qué marca”, dijo Martín, el menor de los hermanos y quien, según declaró, desde que terminó el secundario trabajaba con su papá en la administración de las empresas de su padre, en el rubro de estacionamientos en Capital Federal y de seguridad privada.

El mismo hijo contó que “últimamente” cuando sus padres iban a pasar los fines de semana a la casa que hace años tienen en el country San Diego de Moreno, su papá “metió el 22 de nuevo arriba del auto”, por lo que especuló ante los fiscales la teoría de que ese pudo ser el motivo por el que los asesinaron dentro del Mercedes Benz en la cochera.

“La única que se me ocurre es que le hayan encontrado el revólver en el auto. Por eso se me ocurre que haya venido la saña por ese lado”, explicó.

Sobre la otra arma, una pistola 9 milímetros que coincide en calibre con el arma homicida, Martín dijo que su padre -que además de comerciante y abogado jubilado, era un ex policía-, “la tenía siempre en su dormitorio”.

“No sé dónde está la documentación. Sé que era una nueve (milímetros) negra”, y agregó: “Mi viejo se quedaba arriba con una de las armas en su cuarto, muchas veces las tenía en la mesita de luz”.

El hijo mayor, Diego, quien se presentó como “consultor” y aclaró que él sólo trabajó un año en las empresas de su padre, también habló sobre las armas, aunque aclaró que por referencia de lo que le contó su hermano Martín.

“Siempre hubo”, contestó Diego en su testimonial ante la pregunta de los fiscales sobre la presencia de armas en la casa, aunque aclaró: “Mi hermano sabía que había una nueve (milímetros) y una pistolita chiquita”.

“Con mi hermano hablábamos que papá tenía el arma en el estuche del medio del auto, donde está el freno de mano. Imagino que era la chiquita, la pistolita. Pero esto dicho por mi hermano, yo no sabía que estaba ahí”, señaló.

“Cuando era chico sí, siempre papá andaba armado, tenía armas en el auto. La verdad, no sabía que la seguía teniendo ahí”, indicó.

Voceros judiciales indicaron que los fiscales de Vicente López a cargo de la investigación -Martín Gómez, Alejandro Musso y Marcela Semería-, no descartan ante la ausencia de esas armas que el o los asesinos las hayan robado y que la pistola 9 milímetros que se disparó tanto en el living de la casa como en el auto donde asesinaron a los Del Río, sea la que el jubilado tenía en su cuarto.

Otro punto de las declaraciones de los hijos en los que hicieron hincapié los fiscales es qué hipótesis tienen del hecho y por qué creen que estaban en el auto cuando fueron ejecutados.

“Para mi forma de ver, alguien entró con la llave, porque no hay una puerta rota, nada forzado. No tengo idea por qué mis viejos estaban listos para salir con el cinturón de seguridad puesto”, respondió Martín y sobre quién pudo haberlos hecho salir voluntariamente en un horario en el que no solían dejar la casa, contestó: “No, la verdad no se me ocurre quién”.

“Me llama la atención que estén así. Yo pienso que iban a comer algo con amigos, a tomar algo al río. Ahí chequeando las cámaras de ahí se puede saber algo”, sugirió.

Sobre este punto, Diego afirmó: “Una entradera. Era un Mercedes (Benz) que llama la atención. Dos personas mayores, en un auto así en esa casa. Yo quería que se vayan de ahí justamente por eso”.

Sobre María Ninfa Aquino (64), la empleada del matrimonio que está detenida como sospechosa de haber sido la “entregadora”, Diego opinó: “A ‘Nina’ le faltan varios jugadores. Es una persona muy limitada. Estaba hace 12 años en mi casa, pero escuchando después lo que se dice, uno duda. Tenía un humor muy extraño. Yo creo que mis papás tenían pensado llevarla al Chateau” (en referencia al edificio de Núñez donde tenía planeado mudarse el matrimonio).

El tema de la mudanza también es un punto que los hermanos no terminaron de precisar ante los fiscales, porque si bien el matrimonio tenía todo embalado para irse de la casa de la calle Melo al 1100 de Vicente López donde fueron asesinados, no está claro cuándo lo iban a concretar y si era a ése edificio de Núñez o a otro departamento que uno de los hijos había alquilado en Forum Alcorta del Bajo Belgrano.

Diego declaró que ese miércoles 24 de agosto -día del crimen-, llamó a su madre a las 18.30 y no contestó "pensando que habían ido al Chateau" porque el domingo anterior le dijo "nos mudamos", por lo que para él "era un hecho".

"En teoría, la embajada de Tailandia iba a alquilar (la casa de la calle) Melo. Después mi hermano me contó que era una operatoria de 36 meses. Yo creo que mi papá no sabía cómo decirle a mi vieja que no se iba a hacer la mudanza. Todo esto lo generó mi viejo con Martín, los dos se potenciaban todo el tiempo. A mi vieja no le contaban la mitad de las cosas”, comentó.

El doble homicidio

El robo y doble crimen fue cometido entre las 16.48 del 24 de agosto -momento del último contacto telefónico de Alonso- y la madrugada del día siguiente, horario estimativo de la data de muerte.

Para los investigadores, los homicidas de Del Río y de Alonso robaron unos 10.000 dólares, 1.500.000 pesos, 50 lingotes de oro de 10 gramos y diamantes, y antes de escapar se llevaron el disco rígido con las imágenes de las cámaras de seguridad de la casa.

Las víctimas estaban sentadas con los cinturones de seguridad colocados en los asientos delanteros del Mercedes Benz E350, la mujer del lado del conductor con un tiro en la cabeza y el hombre como acompañante con tres disparos.

El tirador los ejecutó con una pistola calibre 9 milímetros de atrás hacia adelante de derecha a izquierda, por lo que se cree que podía estar en el asiento trasero.


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