
Lejos de ser una amenaza, esas nubes representan una curiosa y poco frecuente manifestación de la dinámica atmosférica.
El exmandatario polaco Lech Walesa dice que está quebrado financieramente por culpa del COVID-19. Sin embargo, el líder del movimiento sindicalista Solidaridad lleva un tiempo navegando con el viento en contra.
Internacionales04/01/2022Hasta mediados de 2020, Lech Walesa, expresidente e icono del movimiento polaco anticomunista Solidaridad, se ganaba la vida con el lucrativo circuito internacional de conferenciantes. Desde entonces, las restricciones de viajes generadas por el COVID-19 lo han llevado a la quiebra financiera: "Tenía muchos viajes planeados. Iba a volar a Italia, Alemania, Estados Unidos y otros lugares y, por desgracia, todos se han cancelado", dijo al periódico Super Express.
En la bancarrota
"Ahora estoy en bancarrota porque recibo 6.000 zlotys (1.280 euros) al mes de mi pensión y la esposa se gasta 7.000 cada mes", afirmó Walesa al periódico, y agregó que con sus conferencias en Occidente podía ganar de 10.000 a 100.000 euros. "Gané dinero de los capitalistas occidentales", declaró.
Walesa también contaba con los ingresos que generaba ofreciendo sesiones de liderazgo, reuniones de motivación para empresas y servicios de promoción. Se dice que una reunión de una o dos horas tenía un precio mínimo de 20.000 zlotys.
Ya en febrero pasado, el dijo que estaba buscando un trabajo adicional, ya que la pandemia estaba afectando su bolsillo: "Seis meses más de esto y me iré a recoger dinero delante de la iglesia", señaló. En abril, Walesa incluso escribió que estaba buscando trabajo y publicó su anuncio en el portal flexi.pl, para personas mayores de 50 años que buscan empleo.
"Líder experimentado, gran orador, ganador del Premio Nobel de la Paz, presidente de la República de Polonia entre 1990 y 1995, cofundador y primer director de NSZZ Solidarnosc, llevará a cabo reuniones y formación con los dirigentes, aceptará invitaciones a reuniones de incentivo en empresas, pero también en familias, posibles servicios adicionales de promoción, fotos conjuntas, autógrafos", decía su anuncio.
El lucrativo circuito de oradores
Muchos de los contemporáneos de Walesa -como Bill Clinton, Gerhard Schroeder o Tony Blair- se han beneficiado de este sistema de conferenciantes. Los acuerdos pueden ser bastante lucrativos. Por ejemplo, Hillary Clinton se unió al circuito después de dejar su cargo como secretaria de Estado en 2013. ¿Su precio? Un mínimo de 225.000 dólares estadounidenses por discurso.
La secretaria del Tesoro de EE. UU., Janet Yellen, habría recibido 7 millones de dólares en honorarios por conferencias pagadas por grandes corporaciones, fondos de cobertura y bancos de Wall Street. Los fondos soberanos pagan bastante por estos servicios, que buscan una combinación de conocimiento del mercado y anécdotas personales.
Se calcula que el sector está valorado en unos 5.000 millones de dólares: "Es un gran mercado. A nivel mundial, varios miles de millones de dólares. El mayor mercado es el de Estados Unidos", dijo a DW Tom Kenyon-Slaney, presidente de la London Speaker Bureau.
"A las empresas y los gobiernos les gusta recibir a personas experimentadas y de alto nivel que vengan a hablar o incluso a asesorarlos", añadió.
"Nuestro sector pasó a ser virtual durante la pandemia de COVID y eso ha sido bueno para todos. Así que los honorarios de los ponentes se redujeron bastante, pero el evento y las conferencias continuaron, aunque en línea", continuó Kenyon-Slaney.
"Nadie podía prever la pandemia y el impacto de los eventos en vivo. Esto causó estragos en el sector y en una industria que carecía de voz o representación ante los gobiernos. Supuso una agitación masiva y una devastación sísmica para los conferenciantes, sus oficinas, los organizadores de eventos y cualquier otra persona relacionada con la industria ", dijo en tanto Nick Gold, director general de Speakers Corner.
Problemas en el instituto de Walesa
Los problemas de Walesa con el dinero no son nuevos. El Instituto Lech Walesa (ILW) -una oenegé sin fines de lucro creada en 1995 y que sigue el modelo del Centro Carter de Estados Unidos- cambió su nombre por el de Centro Europeo de Solidaridad después de que su presidente entre 2000 y 2014, Piotr Gulczynski, fuera acusado de malversación de fondos.
Una fiscalía de Varsovia recibió una notificación sobre presuntos delitos cometidos por Gulczynski, y otra sobre el antiguo presidente del instituto, Mieczyslaw Wachowski, antiguo chofer y confidente de Walesa. En 2014, la ILW obtuvo un beneficio de 3,7 millones de zlotys. En 2017 sus arcas estaban vacías. Ese mismo año, el instituto sufrió una oleada de despidos y la dimisión de su entonces presidente después de que una auditoría que había encargado mostrara deudas de más de un millón de zlotys.
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