Estudia Periodismo y es la primera piloto mujer con discapacidad en el automovilismo deportivo latinoamericano

Belén Ameijenda, a pesar de que los médicos le habían dicho que no podría caminar por un problema congénito en su columna vertebral, hoy practica deportes y está buscando patrocinadores para competir en el automovilismo nacional. Un ejemplo de tenacidad y superación.

Sociedad 19/12/2021 Editor Editor
Belén  Ameijenda

Belén Ameijenda tiene 25 años y nació con una malformación congénita llamada mielomeningocele, más conocida como espina bífida. Se trata de una afección en la médula espinal que causa múltiples secuelas dependiendo del sector donde esté localizada la lesión.

En su caso, le afectó la zona lumbar del cuerpo y nació con falta de musculatura en sus piernas, por lo que los médicos advirtieron que nunca iba a poder caminar.

Sin embargo, casi como caída del cielo apareció una joven residente en kinesiología que les propuso a los padres de Belén un tratamiento alternativo que le daría la posibilidad, al menos, de ponerse de pie. Un año y medio más tarde, Belén ya estaba dando sus primeros pasos con un andador.

La joven soñadora estuvo en rehabilitación durante 11 años y, gracias a su increíble fuerza de voluntad, además del apoyo de su familia y los médicos que la acompañaron, hoy puede caminar con la ayuda de bastones canadienses.

Su historia no termina ahí. Belén es la primera piloto mujer con discapacidad en Latinoamérica del automovilismo deportivo.

Más deportes y sueños a cumplir

Además del automovilismo, Belén realizó una serie de deportes a lo largo de su vida en forma competitiva: natación, equitación, y también tiro con arco.

Sobre este último,  la joven deportista comenzará a entrenar el próximo año con el objetivo de competir en los Juegos Paralímpicos de París 2024.

Belén Ameijenda - Equitación

Pasión por el automovilismo

Alrededor de los cuatro años de vida, Belén tuvo sus primeros contactos con el automovilismo cuando veía con su familia las carreras de Turismo Carretera y Fórmula 1.

Y, aunque experimentó otros deportes a lo largo de su vida, al terminar la secundaria decidió estudiar Periodismo Deportivo con el fin de cubrir el automovilismo algún día, en caso de que no pudiera ser piloto dada su discapacidad. Bajo ningún punto de vista Belén quería alejarse de la pista de carreras.

Sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados cuando fue al autódromo Mouras de la ciudad de La Plata. Allí vio a Juan María “el gatito” Nimo, un automovilista que quedó parapléjico en un accidente a los 18 años y compite en un auto adaptado.

En ese momento, Belén se vio reflejada en su fuerza de voluntad para correr y marcó un antes y un después en su vida. En ese momento, Belén supo que no tenía límites y que había un lugar para ella en ese deporte.

Luego de una serie de trámites, tanto médicos como administrativos, hoy Belén está a muy pocos pasos de debutar en la categoría Monomarca Fiat,  una categoría zonal que compite en diferentes autódromos de Buenos Aires, entre ellos, el Autódromo Mouras en La Plata.

Belén Ameijenda

Apoyo de la gente para alcanzar su futuro

Si bien la inclusión tuvo avances en algunos ámbitos en nuestro país, también es cierto que el camino que queda por recorrer es muy largo.

En el automovilismo, Belén tuvo que valerse de su iniciativa y del incondicional apoyo de sus padres para aprender a manejar: en las escuelas no había autos adaptados.

Esa carencia deja en evidencia que, en nuestra sociedad, tener capacidades diferentes es sinónimo de limitaciones, o bien, de negar la posibilidad de hacer algo.

Para aprender a manejar, los padres de Belén le compraron un auto, lo adaptaron en familia y, así, aprendió con un señor que le enseñaba a manejar a chicos con capacidades diferentes en una pista de aprendizaje del autódromo.

Además de su inconmensurable fuerza de voluntad, Belén necesita la ayuda de sponsors, como marcas, negocios y emprendimientos, que financien los gastos necesarios para poder competir.

Apoyar los sueños de Belén implica más que ayudar a cumplir un sueño individual: es también apoyar a la inclusión ya que, en este deporte, hay mucho en lo cual seguir trabajando.

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