Editorial Por: Editor 28/07/2022

La humanidad de Julio

El recuerdo permanente al juez Julio Graciani quien con la vigencia de otros códigos a los actuales recibía a los fiscales que lo consultaban sobre algunos asuntos a investigar y en la mayoría de los casos recibían una frase célebre: “No, mi amigo, la Justicia está para cosas importantes, no me venga con bagatelas”.

Claro, era una persona extraordinaria, desde usar el moñito rojo que lo caracterizaba, una figura imponente y una sonrisa que no se le borraba nunca, Julio tenía esa aura de bondad que daba tranquilidad.

Fue  un ejemplo en el ejercicio de la magistratura y no porque era socialista sino porque practicaba, naturalmente, el humanismo.

Si en la justicia entrerriana adoptaran ese ejemplo como norma de actuación, lograríamos acercar la justicia a la gente y aliviaríamos la tensión que significa crear miles y miles de causas, algunas que necesariamente deben tramitarse y otras que son inventadas con malicia para perseguir y demonizar personas, sin importar si lesionan moralmente a quienes tienen tras de sí una familia y, especialmente, hijos que muchas veces -en su inocencia- no entienden que a papá lo tratan de corrupto y los medios repetimos que “la justicia” lleva al banquillo de los acusados a tal o cual, sin indagar mucho si esto responde a un hecho concreto o es un invento injusto. 

Ayer, la Sala de Audiencias de los tribunales de Concordia fue escenario del primer round de una causa que no debió llegar jamás al juicio oral y público.

Se comprende que los fiscales no son expertos en muchas de las ramas en que se divide el derecho administrativo público que tiene sus leyes especiales conforme si es nacional, provincial o municipal. Sería bueno que estudien cuáles son las leyes, los decretos, las ordenanzas y los reglamentos en que se mueve el entramado complejo de las administraciones públicas, antes de adoptar medidas de coerción, como las que pidieron -antes de la audiencia- a uno de los imputados, otro Julio, en este caso Larrocca, que frenó el juez Darío Perroud, después que públicamente se ventiló que “la justicia” había pedido su prisión preventiva.

A nadie le importó el impacto emocional que debió soportar la familia del imputado y ahora que es “el momento de la verdad”, de acuerdo a lo que se ha visto el caso era de los que el juez Graciani desechaba porque “la Justicia no está para esto, mi amigo.”

Lo explicó el empresario Segovia y quedó claro que si había diferencias -producto de la inflación- se debían resolver en la justicia civil, no penal, este no es el ámbito porque el empresario no es un delincuente y terminó quebrado anímica y económicamente por culpa del Estado que ahora lo persigue. ¿?

Julio Larroca dio una clase magistral que sería larga reproducirla, pero puede ser materia de estudio de las universidades para ilustrar a los futuros letrados de qué es lo que hay que respetar y que más que la deontología profesional es lo que Graciani tenía a flor de piel: humanidad.

Te puede interesar

Discursos en los que se muestra la dependencia

El diputado nacional entrerriano Tomás Ledesma expuso en la Cámara Baja su posición en contra de la Ley Ómnibus y expresó las trascendentes cuestiones que hacen a la reivindicación de la provincia de Entre Ríos en materia de pago del uso de nuestros recursos naturales para producir la energía en la represa hidroeléctrica de Salto Grande.

No sabemos nada y somos doctores

Escuché algunos discursos realmente insólitos sobre el nombramiento y puesta en funciones de un embajador de carrera de la Cancillería Argentina como Presidente de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande.

Entre todos hagamos Entre Ríos

Hay que aceptar que el discurso del gobernador Frigerio no tuvo un tono conciliador con su antecesor, lo que ya se venía venir hasta por el lugar que le asignaron en el locutorio, sentado bien atrás y desde el inicio del discurso, se refiere a “los gobernadores” en general y no de quien viene a tomar las riendas del Estado provincial, invitado a participar del acto.

El hilo de la vida

Nona, Décima y Morta son las parcas que en la mitología griega vigilan el metafórico hilo de la vida de cada uno de nosotros, desde nuestro nacimiento hasta la muerte y deciden cuando cortarlo. Las parcas no descansan y a nuestro alrededor se han producido en el escaso lapso de un mes tres intervenciones que nos han dejado un profundo dolor.