Editorial Por: Editor 19/12/2021

VAMOS, QUIJOTES

Tanto Hugo Coronel como Roberto Maidana son Quijotes de esta Concordia de 2021, siempre cabalgando lanza en ristre para atacar los numerosos molinos de viento que se levantan por diversas cuestiones sociales, políticas y económicas.

Ambos son dignos de elogio porque no se han dejado vencer por las dificultades que se presentan a quienes quieren cambiar un estado de cosas que ellos, imaginan, pueden y confían  lograr un mejor pasar para nuestra gente.

De hecho, algunas experiencias le han sido favorables en una especie de “intermediación” positiva entre lo que políticamente se denominan “las bases” y que socialmente son “los ciudadanos” con los poderosos de turno.

Ahora, proponer “Consejos Vecinales” que –seguramente- naufragará en el Deliberante local pues con una sola cita constitucional  pueden “archivar” la cuestión: “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes” y es el Concejo, quien ocupa ese lugar y aunque no se lo vea activar a favor de cada uno de los barrios de nuestra Concordia son los que tienen las potestades otorgadas por la Ciudadanía a través de las urnas y no estarán dispuestos a menguar sus facultades en beneficio de los modernos Quijotes.

Claro que también pueden decidirse aceptar la propuesta pero con la intención de que se cree un organismo que no sirva para nada, porque  no interesa el nombre, sino la respuesta que se brinde a los “consejeros” barriales, una especie de Comisión Vecinal que con otro nombre clame por atención a tal o cual problema barrial.

Recuerdo en anteriores gobiernos, se había decidido ir a cada barrio, tanto el ejecutivo con su gabinete como los concejales y escuchar las peticiones de los vecinos. Tras dos o tres reuniones, se abortó la idea porque era tanta la demanda que no se podía atender con los medios que tenía el ejecutivo que actuaba como bombero, acudía donde había un incendio, pero no podía atender a todos simultáneamente. 

Crear cualquier organismo, sea oficial o surgido del derecho de los vecinos de asociarse con fines útiles para peticionar a las autoridades,  si no hay capacidad de respuesta de las autoridades es una buena manera de perder el tiempo, clamando en el desierto.

No vengo a enrostrar a Hugo ni a Roberto nada que se interprete como que son “infla globos” o que hacen del “alpedismo” su profesión. No, como todo idealista, son ingenuos, creen que realmente a través de esa organización van a poder canalizar las peticiones de los vecinos y tal vez, sea así, el tema es que si piden y no le dan, lo que es lo más probable que ocurra y no porque arriba tengan “mala leche” sino porque lo que hay NO ALCANZA PARA TODOS, hay que administrarlo y para esto el poder tiene la burocracia.

Son los burócratas los que dicen “si” o “no” o en la mayoría de los casos “tal vez” y es el Intendente quien debe –muchas veces- insistir para que sus propios funcionarios funcionen como él quiere y a veces lo logra y otras veces no. Por eso los cambios en el gabinete y la “oxigenación” es –en realidad- una puesta “en caja”.

Hugo y Roberto deben ir por una de máxima: candidatearse a ser gobernantes, pero no concejales que “no pinchan ni cortan”, sino Presidente Municipal, diputado, senador o incluso, porqué no, gobernador.

Desde la cima del Poder se puede introducir reformas, dar vuelta la economía, asistir a los más pobres, crear fuentes de trabajo, hacer viviendas dignas y conseguir la radicación de industrias , fundar escuelas y universidades, en fin, hacer lo que quieren hacer hoy pero a escala provincial. Yo me anoto para apoyarlos y seguramente muchos lectores también.

Te puede interesar

El derecho a comer todos los días

En «La ideología alemana» Marx afirma: «que los hombres han de poder vivir para «poder hacer la historia» (y) para vivir se necesita, en primer lugar, beber, comer, disponer de una vivienda… El primer hecho histórico es, pues, la producción de los medios que permiten satisfacer estas necesidades».

Mataron a Tele5... por ahora

Cuando están desfinanciado toda la cultura como tan bien lo expresaba Alejandro Vaccaro, presidente de la Fundación El Libro, en la inauguración de la Feria: “La abrupta pérdida del poder adquisitivo de amplias franjas de la población, 90 % aproximadamente, el excesivo aumento de los alimentos y de todos aquellos productos de primera necesidad, tornan el consumo en cualquiera de sus formas, en un lujo que muy pocos se pueden dar”.