Editorial: NO MATEN AL CARNAVAL

El espectáculo está montado, el carnaval no solo mueve pasiones sino que genera turismo y movimiento comercial en los alicaídos comercios que sienten la ausencia de los compradores uruguayos y el éxodo de muchos concordienses en busca de playas y diversiones en el sur de Brasil y algunas playas del Este uruguayo.

Mientras Gualeguaychú y Corrientes extienden su carnaval hasta el 3 de marzo, Concordia vivirá hoy su último carnaval en el Corsódromo Anastasio Bonfiglio y luego, la semana próxima, se convertirá en cuadrilátero de boxeo.

No tengo idea del por qué, redujeron las noches carnestolendas de Concordia, sus razones habrá pero en tren de opinar, digo que habría que extenderlos al igual que los demás destinos de Carnaval: Gualeguaychú y Corrientes como estrellas fulgurantes, y no quedar atrás, con menores noches de desfiles.

Necesitamos atraer turistas y este año ha sido “seco”, muchos salieron disparados por los carpinchos verdes del perilago y las noticias preocupantes de las cianobacterias. El carnaval, atrae al turista, ofrece noches de alegría y dispone al disfrute donde no se mide tanto los gastos, pasando de un turismo “gasolero” a otro más dispensioso.

No sé si es oportuno plantear alargar el carnaval de esta edición 2025, donde todo está dispuesto para “enterrar” hoy el Carnaval con la última noche, pero bien podría reeditarse a través de los festejos de la semana larga de Carnaval, donde el corsódromo del “Carnaval más pasional del país” tendrá las luces apagadas. Habría que inventar algo rápido, para extender algunas noches más y preparar la puesta en escena del 2026 con una edición XXL.

Proponemos entonces que se hagan noches de “Cenizas” del Carnaval, una noche de carnaval popular para todos y todas con entradas gratuitas, y que siga siga el baile al compás del tamboril, como cantaba Alberto Castillo con los Auténticos Decadentes.

Mezclemos un poco el carnaval de Concordia con el de Salto, llevemos allí algunas de nuestras comparsas y traigamos alguna que otra murga de blancos y mulatos como muestra de confraternidad y hermandad, esto ya que no podemos traer a murgas famosas como “Agarrate Catalina”; “Falta y Resto”; “Araca la Cana”; “Asaltantes con Patentes” y otras que por estas épocas están super contratadas.

En fín, serafín, el objetivo no es solo divertirnos, poner buen humor a una situación preocupante que merece ser alegrado al son de los tambores y llevar algunos dinerillos extras a los comerciantes que esperan ansiosos la llegada de turistas porque las pocas golondrinas que han venido no han hecho verano en nuestra Concordia.

Tal vez, los capos di capi, o los mascapitos de las comisiones de cultura, educación y bla,bla,bla, tengan otras ideas más interesantes, pero seguro que no tan divertidas como ésta. No sean amarguetis.