La economía circular, el cambio que urge

Cada vez se tira más a la basura en todo el mundo y los seres humanos consumimos muchas más materias primas de las que nuestro medio ambiente soporta. Pero esto podría cambiar con más reciclaje.

Interés General 07/03/2024 Editor Editor
reciclaje, basura
Bolsas amarillas para los residuos plásticos: aquí ya se ha procedido a la separación.

Actualmente, la economía lineal domina el mundo: las cosas se producen a partir de materias primas que solo se utilizan durante un corto período de tiempo y luego acaban como residuos. Luego, hay que obtener nuevas materias primas para elaborar otros productos. Esto perjudica al medio ambiente y, además, cuesta mucho dinero y energía.

Sin embargo, la economía circular funciona diferente: los productos se fabrican de manera que estos duran más tiempo y pueden repararse fácilmente. Cuando hayan llegado al final de su vida útil, se reciclan, en la medida de lo posible. Como resultado de esta alternativa lógica y viable, las materias primas se recuperan y se reutilizan, lo cual hace que se produzcan menos residuos y  emisiones contaminantes.

Del reciclaje y sus ventajas

Durante siglos, la economía circular estuvo presente en todo el mundo. Todo se utilizaba el mayor tiempo posible, sin desperdiciarse ningún recurso. Esto cambió en los últimos 150 años, desde que se industrializó cada vez más la producción.

Hoy, la economía circular se practica sobre todo, pero no solamente, en las comunidades tradicionales. Por ejemplo, los excrementos constituyen un abono natural para el cultivo de alimentos en la agricultura ecológica .

Asimismo, arquitectos de muchos países se centran cada vez más en materiales de construcción sostenibles, que puedan obtenerse localmente (más madera y menos cemento, por ejemplo). La realidad es que, si se reutilizan los materiales de construcción, no hay necesidad de consumir nuevas materias primas. Y, de paso, se evitan los residuos tóxicos para el medio ambiente.

Incluso, muchos materiales pueden reciclarse sin perder prácticamente calidad y funcionalidad. Esto funciona especialmente bien en los casos del vidrio y los metales. Por su parte, el papel puede reutilizarse entre diez y 25 veces. El plástico, en cambio, suele ser menos fácil de reciclar, ya que a menudo se mezcla con otros materiales y puede contener sustancias químicas nocivas.

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