Campeón de la Tierra 2022: “Hay una urgencia tremenda de pasar a la acción para salvar al planeta”

El biólogo peruano Constantino Aucca Chutas ha sido reconocido con el máximo galardón ambiental de la ONU. Lleva plantados casi 6 millones de árboles en los Andes latinoamericanos.

Internacionales 19/12/2022 Editor Editor
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Constantino Aucca Chutas, biólogo peruano "Campeón de la Tierra" 2022.

Constantino Aucca Chutas nació y creció en el Cusco peruano, es descendiente de incas por parte de madre y de padre, y con su determinación y empuje hace honor al mandato de sus ancestros: plantar árboles, reforestar, proteger los bosques de polylepis que lo vieron nacer, poner manos a la obra para salvar el planeta. Hoy, con 58 años, preside la Asociación de Ecosistemas Andinos de Perú, y Acción Andina, desde donde lidera proyectos de reforestación en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Por su labor ha sido reconocido como Campeón de la Tierra 2022, el máximo galardón ambiental otorgado por las Naciones Unidas.

DW lo entrevistó en Cusco, poco antes de partir rumbo a Colombia, en su incansable trajinar por "sus queridos bosques de polylepis” [El polylepis es un género altoandino de plantas que incluye árboles y arbustos, también conocidos como queñua, y qiwiña en quechua. N. de la Red.]

DW: Sr. Aucca Chutas. ¿cuál ha sido la principal motivación en su camino?

Constantino Aucca Chutas: Soy un fanático de la agricultura, de padre y madre campesinos, y lo que me ha motivado a hacer lo que estoy haciendo es querer ser útil, basado en mi cultura y las enseñanzas ancestrales que he recibido.

¿De manera que desde pequeño emprendió este camino, de respeto a las enseñanzas ancestrales?

Debo serle sincero, al principio no fue así. A mis 14 años, para conseguir trabajo, que no me daban por ser indígena, quise cambiar mi apellido por uno español. Pero al enterarse mi madre, me llevó adonde mis abuelos, y ellos me dieron una reprimenda y me dijeron que por culpa de esos apellidos muchos de mis ancestros habían muerto, y que no debería en ningún momento pensar en cambiar mi apellido, y que más bien, haga mérito a mis apellidos, porque Aucca significa "guerrero". Entonces me dijeron: "Vaya a pelear, y pelee por nosotros. Siempre hemos soñado que algún Aucca pueda hacer algo en la historia”. Así que para mí es una gran responsabilidad, y, como le prometí a mi abuelo, no voy a desmayar en el propósito.

Y así ha llegado a ser un experto en los árboles de los Andes que lo vieron nacer…

Así es. Cuando ingresé a la Universidad a estudiar Biología, descubrí lo que venía en mis genes, que es estar en la naturaleza, y aprender de ella y de la gente, de sus saberes y sus historias: esa fue mi mejor escuela para volverme un biólogo de campo. Y tengo un enorme bagaje de experiencia con los bosques de polylepis, que son los bosques más altos del mundo: crecen hasta a 5.000 metros de altura, lo que se conoce como tree line, desde Venezuela hasta el centro de Argentina y Chile, a la largo de los Andes.

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Constantino Aucca Chutas junto a líderes indígenas del Cusco peruano.

¿Y qué lo hace dedicar sus esfuerzos a estos bosques en especial?

Estos bosques son muy importantes para todo el mundo porque están cubiertos por mucha vegetación y siempre están con los humedales, y capturan y retienen agua. Son bancos de agua que después van cediendo hacia los valles.

Entonces, si el agua viene de estos bosques que están en cabecera de cuenca, hay una gran necesidad de protegerlos: son los mejores bancos de agua a lo largo de los Andes.

Lo que nosotros hacemos con nuestros trabajos de restauración de especies nativas es incrementar la posibilidad de retener agua, y ayudamos a que las montañas no pierdan ese manto blanco, que es el glaciar, la nieve o el hielo.

De hecho, sus proyectos nacieron de una postura crítica en relación a las Conferencias sobre Cambio Climático, ¿por qué?

Porque hay una urgencia tremenda de pasar a la acción. Nosotros, como todos los soñadores, asistimos a una de esas reuniones globales, que se llaman COPs. Fue en Lima, en el 2014, y salí decepcionado, porque no vi nada tangible que pueda ayudar a luchar contra el cambio climático. Por lo que retorné a Cusco, organicé a mis comunidades, a mis socios, y nos pusimos la meta de mandarle un mensaje al mundo. Plantamos 57.000 árboles de especies nativas en un solo día.

Hoy Acción andina tiene 18 proyectos, y llevamos plantados casi 6 millones de árboles. Pero esos millones no son suficientes, porque el planeta ha sufrido tanto, que necesitamos más millones, y más gente convencida de la conservación, porque todos somos parte de la solución.

Lo que pido a todos es: "Ya basta de reuniones, ya basta de análisis, ya tenemos suficiente información, pasemos a la acción: es lo que está pidiendo el planeta”.

El planeta no se va a salvar si la gente piensa que lo va a resolver en la COP 500. Pues para la COP 500 este planeta ya será solo una roca.

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