Concordia se sumó al “Nunca Más” y centenares de personas fueron a la Plaza Urquiza

No fue solo un acto conmemorativo sino uno que se repite cada año y que, tal vez, no cese jamás. Se vivieron momentos de honda emoción en el recuerdo de aquellos que, sin quererlo, dieron su vida por la democracia, arrancada por los genocidas.

Concordia25/03/2022EditorEditor
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Mientras tengamos memoria, seguirá viviendo el pedido de Justicia por aquellos que lo sufrieron en carne propia y por sus familiares y amigos carentes del amor de hijos que se llevaron para torturarlos y desaparecerlos.

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Los carteles de Memoria, Verdad y Justicia, con el slogan de “ayer, hoy y siempre”.

Concordia tiene una deuda con ellos que no se pagará con dinero, sino con el recuerdo emotivo de sus vidas jóvenes apagadas por la crueldad de la picana eléctrica o ahogadas en el “submarino” mientras se sigue pidiendo que los autores y los cómplices que no han sido castigados paguen sus culpas.

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El acto comenzó a las 19.30 horas con espectáculos artísticos en el escenario montado frente al Reloj de Sol. Luego, a partir de las 20 horas se realizó la lectura de las numerosas adhesiones recibidas.

El primer orador fue el coordinador de Derechos Humanos de la Municipalidad Eduardo Maschio y luego se dio lectura al documento consensuado entre los organismos de Derechos Humanos. La actividad finalizó con los nombres de los concordienses detenidos – desaparecidos, y el grito de “Presentes” de todos los que asistieron a la Plaza Urquiza.

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“Chiche” Maschio, habló emocionado en el acto de un hecho que lo marcó de por vida.
Su hermano es un desaparecido y su estimada madre vivió años reclamando Justicia y sufriendo su ausencia.

El documento consensuado entre los organismos de Derechos Humanos se reproduce a continuación:

A 46 años del golpe cívico-militar de 1976, estamos tentados a pensar en el tiempo como acontecimiento, como algo que debe recordarse un 24 de marzo. Como un hecho que ha sucedido en ese tiempo que se ordena como historia y que lo ubica en el pasado colectivo.

Un tiempo infame que la arbitrariedad de la historia lo sitúa como un acontecimiento que debe ser juzgado históricamente; sin embargo, madres, abuelas y familiares a lo largo de estos años nos han enseñado que el tiempo es presente de memoria, verdad y justicia.

Un tiempo vivo, un tiempo pasado que vive en el presente.

Un tiempo que se vuelve conciencia de derecho, reclamo de justicia y lucha aquí y ahora de una verdad que está más allá del tiempo acontecido, de una verdad que sigue siendo memoria viva y que reclama que la sangre derramada por nuestros compañeros insista y consista en nuestra identidad de lucha, en nuestros compromisos, en nuestras convicciones, en nuestra militancia.

Porque la memoria que reclama justicia por sus vidas derramadas, reclama justicia por sus sueños vividos, por su amor a la patria. Su muerte injusta no puede disociarse de sus vidas heroicas, de su legado y de su compromiso con el pueblo. Honrar su memoria es sostener sus vidas en las luchas de nuestro presente.

Hablamos de memoria, y de identidad; hablamos de algo mucho más que historia. La memoria siempre se las arregla para sostener la sangre viva, como quien dice caliente.

La memoria siempre es presente que lee, que mira, que escucha y circula en la medula de la justicia para que los traficantes de discursos no nos tranquilicen con clisés o nos silencien con ruidos ostentosos. A los caídos, a los presos, a los desaparecidos, a los violentados y a las violadas, a las mujeres que le arrebataron sus hijos, la memoria los llama mártires. No es cualquier significante. Murieron como vivieron, peleando por una patria de iguales, libre de cipayos imperiales y traidores cotidianos. Muchas veces duele la bucólica narrativa que esquiva el nombre que debe darse a las vivencias, como quien dice a los sueños y a las luchas que lo justifican.

El 24 de marzo no fue un accidente de la historia, fue la concreción fáctica de un proceso de domesticación económica e ideológica preparado y ejecutado fríamente en el marco de lo que fue el plan cóndor diseñado en Washington. Y significó muerte, desapariciones, y empobrecimiento sistemático de nuestro pueblo.

No vamos los 24 solo a pedir Memoria, Verdad y Justicia, vamos siempre con nuestros mártires a pedir Justicia para el presente y para el futuro, porque el imperio no descansa, pero el pueblo tampoco; y vamos porque somos memoria viva, de madres, abuelas, familiares, expresos e hijos; de militantes que siguen de pie y en lucha.

Nuevamente es el presente injusto que vivimos el que vuelve sus luchas necesarias, es el presente el que pide que esa sangre derramada tenga sentido en la continuidad de la lucha misma, que es siempre la lucha por la igualdad y la libertad

Nuestras convicciones piden Justicia ayer hoy y siempre, porque la memoria es conciencia viva, no recuerdo, y menos olvido.

¡No nos han vencido!

Compañeros Detenidos Desaparecidos ¡PRESENTES!

 ¡¡¡HOY Y SIEMPRE!!!

Asociación de Familiares y Amigos de Detenidos Desaparecidos y Ex Presos Políticos

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