Comenzó siendo un partido de fútbol como cualquier otro, de esos partidos en los que familias enteras se movilizan con sus hijos a disfrutar de una jornada futbolera para distenderse y disfrutar de un rato familiero.

A las 17 horas de este miércoles se enfrentaron 9 de Julio de Colonia Ayuí y Wanderers de Concordia, en un partido donde los participantes disputaban el ascenso de categoría.

El primer tiempo se desarrolló con normalidad, en donde el equipo local marcó 3 tantos que lo dejaron inmerso en una situación de tranquilidad pues parecía que tenían la victoria asegurada. Sin embargo, ni bien comenzó el segundo tiempo, y sin que nadie pudiera percatarse de ello, también comenzaron a orquestarse los disturbios que acontecerían menos de una hora más tarde: a Wanderers le expulsaron un jugador y, tras cartón, el equipo rival le anotó tres tantos sin parar, quedando –sorprendentemente- empatados.

Según los primeros datos que recabó diario EL SOL, el inicio del desenlace comenzó cuando terminó el partido: tras la frustración del empate, un jugador de Wanderers habría hecho señas que molestó al equipo rival, y este respondió con empujones.

De esta manera, los ánimos se fueron acalorando cada vez más hasta que los hinchas de uno y de otro equipo también se sumaron a los empujones y las peleas. 

Así, una tarde familiar terminó con jugadores heridos, hinchas golpeados y la intervención de personal policial que respondió a las agresiones con balas de goma.

De acuerdo a la información recibida por nuestro medio, tanto el jugador de Wanderer´s (Federico Batista) como el presidente de 9 de Julio (Carlos Benítez) debieron ser trasladados al hospital por los palazos que recibieron con la cachiporra.