Editorial Por: TABANO SC 30/06/2024

Jugando en las lianas de la jungla del Concejo Deliberante a ver quien es más “gorila”

No tienen ideologías, ni trasuntan ideas, ni menos ideales. Se columpian en las lianas del Deliberante local como auténticos "gorilas" y lo hacen público, vanagloriándose de ello. No han leído ni un solo libro de pensamiento político, ni de Perón, ni de Alfonsín, ni de nadie. Pero se ufanan del poder que les dio el pueblo para ...bajar de nombre a instalaciones del Concejo, como si ello significara algo.

Editorial

JUGANDO EN LAS LIANAS DEL CONCEJO

Las personas abiertas al conocimiento son quienes están más capacitados para entender las realidades sociales y políticas, nutriéndose de las distintas vertientes políticas para tener una cosmovisión que le permita interpretar las necesidades del pueblo y trabajar para lograr el bienestar.

Quienes se cierran en una posición que no tiene ideología sino que se asienta en ser “contra” de un proyecto político son llamados “gorilas”, andan a los gritos en la selva, y se golpean el pecho como King Kong, pero no aportan nada más que piedras.

Los “gorilas”, es un término usado como antiperonista, comenzó a usarse en 1955 y se popularizó a través del programa de radio “La Revista Dislocada”,  conducida por Délfor Amaranto. En un sketch humorístico, un científico ante cada ruido selvático, decía atemorizado: “deben ser los gorilas, deben ser”. El público interpretó esto como una alusión a un movimiento subterráneo de tropas para derrocar a Juan Domingo Perón. Después comenzó a utilizarse despectivamente, extendiéndose por toda América Latina como sinónimo de “reaccionario de derecha”, “militarista” o “Traidor a la Patria”.

Algunos politiquillos locales se ufanan de ser “gorilas” y lo exponen públicamente no como un dato humorístico sino como una definición de su posición antiperonista “sosa” porque no ofrecen una ideología que pueda compararse a la que ideó Perón o cualquier otro de los filósofos políticos. No han leído “Frondizi; Illia; Alfonsin” de Sabsay que analiza las presidencias de éstos, tampoco leyeron el libro de Alfonsín:“Democracia o Socialismo” y si le muestran “El Capital” de Karl Marx o “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado” de Friedrich Engels, huyen despavoridos y seguramente se sentirán más identificados con  “Mein Kampf” (Mi Lucha), que con los anteriormente nombrados, aunque obviamente no han leído a ninguno.

Esto no ha sido, ni es, patrimonio exclusivo de los “gorilas”, sino de sectores del propio peronismo, representado por individuos que apenas recibieron el bastón de mando o el diploma que lo acredita como mandatario de cualquier estamento, provincial o nacional, se insuflaron de una filosofía propia de la demagogia y apelaron a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del pueblo para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica, la desinformación y la propaganda política.

En esos mandatos, se olvidaron de lo que enseñó Perón en sus números textos como “Modelo argentino para el proyecto nacional” famoso discurso en donde Perón pone en perspectiva una máxima fundamental del peronismo: “para un argentino no puede haber nada mejor que otro argentino”.  Su lectura es, al mismo tiempo, un apasionante ejercicio de comprensión histórica y una fuente insustituible para los desafíos por venir, que obviaron y representando al peronismo, se convirtieron en gorilas.

Esa, y no otra, es la razón de que el peronismo, como partido político haya sido defenestrado por el pueblo y estemos gobernados ahora por la anarcodemocracia que viene a hacer lo que anunció como plan de gobierno “destruir al Estado” y donde el mismísimo presidente dice que es el “topo” encargado de esta misión con el aplauso de media argentina que goza con que alguien destruya el aparatoso Estado que supimos armar después de la muerte de Perón y en su nombre.

En ese punto, que algunos gorilas bajen los nombre de Eva Perón y de Juan Domingo Perón del Deliberante local son la nada misma, es un agravio gratuito, innecesario y fatuo, enmarcado en esa política de la nadería, del boludismo a la máxima expresión, que necesita ser demostrado, como expresión de poder.

Si vamos a la esencia, que sería lo que produce el deliberante local para felicidad del pueblo, en ordenanzas que dignifiquen el trabajo, la producción, los derechos humanos y todo aquello que necesita ser legislado en beneficio de todos y, especialmente, de los más pobres, mayoría apabullante en una ciudad con más de 70 % de pobreza, no vemos una decisión, ni un resultado alentador que justifique los enormes gastos que incurre una ciudad pobre en mantener un deliberante opaco, sin ideas, ni idealistas, lleno de gorilas que se columpian en las lianas de las bancas, o llegan al clímax en solitario porque aprueban ordenanzas tan inútiles como cambiar el nombre de Eva por Zorraquín y de Perón por “vicepresidentes”que nadie sabe quien fueron o que hicieron en beneficio de Concordia.

Entonces, les ataca la idea de achicar una radio pública con cuatro personas que transmita 24 horas, es decir, intentan acallar las voces, porque de esa forma solo podría funcionar en forma automática o a través de inteligencia artificial. Un dislate. 

Es hora que los ciudadanos empecemos a ejercitar la democracia, planteando un deliberante con concejales ad honorem o con sueldos equivalentes a lo que gana el empleado municipal de la categoría más baja. Esto permitiría que accedan a sus bancas, auténticos representantes del pueblo, pues los sectores más acomodados, buscarían conchabo en otros estamentos del Poder que les permita usufructuar de jugosas dietas para jugar a los gorilas.

 

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