El seísmo, con epicentro entre Nueva York y Filadelfia, sacudió rascacielos y áreas urbanas en buena parte del noreste de Estados Unidos el viernes.

 El Servicio Geológico de Estados Unidos informó de un seísmo con una magnitud preliminar de 4,8, con epicentro cerca de Whitehouse Station, Nueva Jersey, aproximadamente 72 kilómetros al oeste de la ciudad de Nueva York y 80 kilómetros al norte de Filadelfia.

El Departamento de Bomberos de Nueva York dijo que no se habían reportado daños.  El alcalde de la Gran Manzana, Eric Adams, había sido informado sobre el terremoto, indicó su portavoz Fabien Levy, que añadió que por el momento no han recibido "ningún informe de impactos importantes", aunque todavía están "evaluando el impacto".

El Servicio Geológico nacional señaló que más de 42 millones de personas podrían haber sentido el seísmo, que dañó gravemente tres viviendas multifamiliares en Newark, en Nueva Jersey, y desplazó a casi 30 residentes. Y aunque no se registraron daños generalizados, el temblor sobresaltó a millones de personas en un área no acostumbrada a los terremotos.  
 
En el centro de Manhattan, la cacofonía habitual del tráfico se hizo más fuerte cuando los automovilistas tocaron sus bocinas en calles donde por momentos se dejó sentir el temblor.

Algunos residentes de Brooklyn escucharon un sonido estruendoso y su edificio tembló. En un edificio de apartamentos en el East Village de Manhattan, un residente de California, más habituado a los terremotos, calmó a los nerviosos vecinos.

Residentes en Baltimore, Filadelfia y otras áreas de la costa este también dijeron que habían sentido el suelo temblar.

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, publicó en la red social X que su equipo estaba evaluando los impactos y cualquier posible daño.