La otra pasión de Dibu Martínez. Varios integrantes de la Selección Argentina tienen una cercanía con el automovilismo. De hecho, Lionel Scaloni es un confeso hincha de Ford y Rodrigo De Paul apareció en los festejos por el triunfo de la Finalissima con un piluso de Chevrolet. Por su parte, el arquero de la Albiceleste, por medio de su familia, lleva consigo un pasado y presente donde el ruido de los motores tiene su lugar.

El Sudeste de la Provincia de Buenos Aires siempre se destacó por ser una de las regiones de mayor arraigo fierrero. La familia Martínez forjó una amistad con Guillermo López Rueda, a quien visitaban en su campo, ubicado en el paraje “Tres Esquinas”.

López Rueda le tomó cariño rápidamente a Dibu, a pesar de la diferencia de edad que existe entre ellos, y con el tiempo establecieron un vínculo cercano. Tanto que el hoy arquero de la Selección Argentina miró la final del Mundial Brasil 2014 en el establecimiento rural de la familia que tiene una larga trayectoria dentro del automovilismo zonal de tierra.

La pasión por el automovilismo de los López Rueda era una de las atracciones que más llamaba la atención de Martínez. El marplatense era muy observador del Ford Falcon con el que sus amigos competían en la categoría APAC y también se dio el lujo de acompañarlos en las famosas tiradas que se hacen en la previa a cada de unas fechas.

Sin embargo, este no es el único antecedente que pone al actual jugador del Aston Villa cerca del ruido de los motores. Su hermano Alejandro está muy metido en el ambiente del cuarto de milla y es un ferviente seguidor de Chevrolet. Dentro del mundillo de las picadas, el oriundo de Mar del Plata tiene su propio equipo, el Martínez Team.

Según se aprecia en sus redes sociales, el hermano de Martínez tuvo varios modelos clásicos de la marca del moño dorado, como una Chevy SS Coupé, un Impala modelo 1963, un Opala, un Chevelle modelo 1966, un Bel Air de 1957, entre otros.