Editorial Por: Editor 18/06/2022

¿Nos merecemos estos candidatos?

Una lista inusual de candidatos se anotan para ser intendentes de Concordia y tal proliferación asusta tanto como la superpoblación de ratas en las calles de Nueva York.

No es porque tengan colas largas y se dediquen a vivir afilándose los dientes para engullir la comida de otros, sino porque buscan una madriguera acogedora donde conchabarse como diría el amigo Fierro por una buena temporada en el sillón de Zorraquín.

Tampoco es porque no tengan papeleta de conchabo, ese papel indispensable para no ser considerado en el siglo 19 como “vago y malentretenido”, en realidad ya vienen bien “adobados” como les gusta llamar a los ciudadanos de a pie al que usufructa de las mieles del Poder en una situación de plena comodidad sin hacer el mínimo esfuerzo…por los demás.

No quiero decir con esto que todos los que hacen filas sean ratas inmundas que merecerían ser cazadas y muertas, aventadas a un contenedor de basura, hay como en todos los órdenes de la vida, algunos que logran salvar el cuerpo y que tienen buenas intenciones aunque les voy adelantando que con ellas no alcanzan para sentarse en el lugar que procuran.

Pero, claro, hay quienes quieren llegar sin importarles el ¿para qué? y aquí viene la división, algunos vienen dispuestos a “hacer la plancha” y surfear la intendencia, encargando del manejo del Poder que otorgó el pueblo a un buen gestionador, un CEO (chief executive officer) que le cubra la retaguardia y el frente que significa atender las demandas de una de las ciudades con mayor pobreza del país.

Otros, vienen con el único fin de cumplir órdenes como un trabajo que les “encomiendan” ser candidatos en nombre de otros para ser manejados como títeres sin cabezas y con muchos piolines. Son los “mandados”, cumplirán a pie juntillas lo que les manden hacer, sobre todo sacar, sacar y sacar, pero no tienen nada para poner en el ejercicio del poder.

El que me está leyendo, a esta altura dirá que alguno de los que hacen la fila para ser intendente debería  parecer apto. Seguramente, y sin hacer distinciones de género, preferencias sexuales, apetitos personales, gula, locura y otras yerbas estimo que seguramente entre la larga fila tiene que haber al menos uno que tenga el perfil que necesita Concordia.

Ese gato que se coma a la fila de ratones en las urnas, deberá diferenciarse de ellos mediante propuestas claras para que la gente lo visualice como potable de los vendedores de ilusiones que, al final, resultan vanas.

Se necesita, créame, un trabajador nato, alguien que le guste hacer y no deshacer. Que pueda crear condiciones para el desarrollo de Concordia y no para destruir lo que hicieron sus antecesores.

Así que será fácil ir descartando de la fila a vagos, malentretenidos y “adobados”, del resto, se puede seleccionar al candidato que mejor exprese la voluntad de los concordienses de crecer y dejar de vivir mendigando las migajas de planes y subplanes, cuando lo que se requiere es trabajo y acción, sino seguiremos siendo considerados la “fábrica de pobres” con que lamentablemente nos conocen, y nos es justo. Tenemos todo para superar esta oprobiosa situación, elijamos bien.

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