Según consta en la denuncia, a poco de la hora del cierre comercial vespertino del día 12 de abril 2022, personal de una empresa dedicada a la venta de agroinsumos realizaba sobre un escritorio el recuento de quince cheques recibidos por diferentes pagos de mercadería vendida.

En esos momentos, ingresó el titular de una firma de “negocios ganaderos”, quien alquilaba una oficina a escasos metros dentro del mismo complejo comercial. En la oportunidad, el sujeto observó los valores mientras consultaba al empleado por un producto en particular y, posteriormente, se retiró.

El administrativo continuó su tarea y, luego de contabilizar y asentar los cheques en un total de quince (de los cuales ocho fueron guardados en una carpeta y solo seis quedaron a la vista dentro de un cajón del escritorio mencionado), cerró las instalaciones y se retiró tras una jornada laboral finalizada.

¿¡Dónde están los cheques!?

La ingrata sorpresa ocurrió por la mañana siguiente cuando, a primera hora, buscaron los cheques para realizar pagos a proveedores y notaron el faltante de los últimos seis que estaban sin envolver, pero todos bajo registro contable dentro de un cajón del escritorio, los cuales sumaban alrededor de $450.000.-

Dentro de las oficinas de la empresa afectada no se observaban signos de violencia ni desorden, por lo que el aire se espesó de confusión y posible desconfianza entre los presentes.

Extraña visita por la madrugada

La incertidumbre entre el propietario y personal de la empresa afectada era mayúscula, hasta que decidieron convocar al personal de mantenimiento del complejo para revisar las cámaras de monitoreo interno con la que cuenta el predio.

Revisando la cámaras resultó que a las 00:00 horas. aproximadamente, se identificó en las grabaciones registradas la llegada inusual del consignatario de la oficina vecina dedicada a “negocios ganaderos”, quien ingresó al predio con su camioneta en ese extraño horario, retirándose escasos minutos después.

Allanamiento positivo de cheques y dinero en efectivo

Esto motivó a realizar la denuncia penal correspondiente, a lo que la Brigada de Investigaciones comenzó las actuaciones del caso bajo oficios de la UFI federaense, realizando allanamientos inmediatos en el domicilio del sospechado en calle Mendoza al 1500.

En el lugar se halló cinco de los seis cheques denunciados como faltantes y una suma de dinero en efectivo, el cual sería producto del cheque restante y que habría sido cobrado por el malhechor.

La causa caratulada por hurto culminó de manera exitosa gracias a la rápida acción de la Brigada de Investigaciones de la Comisaría de Chajarí en conjunto con el Fiscal Dr. Matías Argüello La Vega, la cual descarta que el encartado identificado como Lázaro Antonio Grieve haya tenido cómplices, y que este había actuado solo.

En la investigación surgió que en otros sitios que trabajó previamente también habrían sucedido “desapariciones” similares, pero sin probatorios que pudieran incriminarlo como ocurrió en este caso que fue descubierto con sobradas pruebas tangibles.

Se llevó casi medio millón de pesos y ni siquiera tiene prisión condicional

La Justicia fue benévola con el malhechor que se llevó en horas de la madrugada casi medio millón de pesos propiedad de una empresa vecina, ya que apenas le dieron un un año de Probation (juicio a prueba) con la obligación de devolver el malogrado monto en efectivo que fuera cobrado de uno de los cheques hurtados a la víctima y pagar cuotas mensuales de $2.000 a Bomberos Voluntarios, mientras dure el juicio a prueba.

Días después, las oficinas de "negocios ganaderos" fueron desalojadas por personas enviadas por el condenado, dando alivio al resto de las empresas vecinas que compartían el predio con el malhechor.