Paro de empleados de Tribunales: en Concordia, los jueces y secretarios atendieron la mesa de entradas.

La escena insólita

En la mañana de hoy, los Tribunales de Concordia fueron escenario de una situación tan inesperada como reveladora. En el marco del paro de los trabajadores judiciales, varios jueces —principalmente de los fueros Civil y Comercial— decidieron no paralizar el servicio de justicia y atender directamente a abogados y justiciables. La imagen fue singular: tras golpear un vidrio en la mesa de entradas, los abogados se encontraban frente a frente con el juez que debía resolver sus casos.

Un gesto de compromiso

Este episodio puede leerse como un acto de compromiso institucional. Los magistrados, conscientes de que la justicia es un servicio esencial, optaron por garantizar la atención aun en condiciones adversas. La decisión rompe con la liturgia habitual del Poder Judicial, donde la distancia y la burocracia suelen marcar la relación entre ciudadanos y jueces.

Fragilidad institucional

Sin embargo, la escena también expone la fragilidad del sistema. La ausencia de personal administrativo obligó a improvisar mecanismos que bordean lo informal. Si bien la cercanía puede humanizar la justicia, también genera interrogantes sobre la seguridad procesal y la igualdad de trato.

Implicancias más amplias

Legitimidad: la imagen puede fortalecer la percepción de cercanía de los jueces, pero también desnuda precariedades.

Confianza ciudadana: ver al juez atendiendo directamente puede humanizar la justicia, aunque plantea dudas sobre garantías procesales.
Mensaje político: en un contexto de reclamos gremiales, los magistrados marcan una diferencia: la justicia no puede paralizarse.

Conclusión

La escena de abogados golpeando un vidrio para hablar con el juez es tan simbólica como disruptiva. Muestra una justicia que, en medio de la crisis, se abre paso de manera improvisada. Es un recordatorio de que detrás de los expedientes y las formalidades hay personas que necesitan respuestas, y que el sistema judicial, aun con sus rigideces, debe encontrar formas de garantizarlas.