«Entró jugando y se fue en una bolsa negra»: el caso de Facundo el nene de 3 años que murió por mala praxis.

Facundo tenía 3 años y el 19 de septiembre jugaba en la sala de espera de la Clínica Del Sol, de Bovril, a 125 kilómetros de la ciudad de Paraná, en Entre Ríos. Estaba inquieto y en ayunas por una operación «menor» que -se suponía- mejoraría su «calidad de vida».

Policiales06/10/2024TABANO SCTABANO SC
NENE

«Entró jugando y se fue en una bolsa negra»
 

Facundo tenía 3 años y el 19 de septiembre jugaba en la sala de espera de la Clínica Del Sol, de Bovril, a 125 kilómetros de la ciudad de Paraná, en Entre Ríos. Estaba inquieto y en ayunas por una operación «menor» que -se suponía- mejoraría su «calidad de vida».

Sus papás viajaron una hora y media desde su casa para llevarlo hasta un centro médico para una cirugía de amígdalas y adenoides que le permitiría respirar, hablar y comer mejor, o al menos eso les dijeron.

Facundo Barrios, hijo único, llegó hasta ahí después de derivaciones de su pediatra y de una fonoaudióloga. Terminó con muerte cerebral y falleció después de varios días peleando por su vida.

El martes pasado, casi una semana después de su fallecimiento, la familia despidió a «Facu» en un cementerio privado de Paraná.

Los papás del niño consiguieron un turno con el otorrinolaringólogo Guillermo Riolo (56), que les dijo que «la operación tardaría siete minutos» y les pidió 200 dólares para hacer el procedimiento en una clínica a 100 kilómetros de su casa.

Lo que supieron cuando ya era demasiado tarde es que Riolo no los operó en su ciudad por falta de turnos ni por problemas con la obra social como les dijo.

En realidad, tenía prohibido el ingreso a las tres clínicas de Paraná donde podrían haber realizado el procedimiento, con terapia intensiva y banco de sangre disponible, lugares en los que podrían haberle salvado la vida.

El derrotero empezó en el consultorio privado de Riolo que ahora tiene grafitis y pintadas que lo tildan de «asesino». Acordaron por WhatsApp que la operación se realizaría el 19 de septiembre, a las 13, en la clínica de Bovril, donde «había turno» enseguida.

RIOLO 

 «Llegaron con el nene a la hora acordada, pero él no estaba. Había programado cuatro cirugías para ese día, una antes que Facundo y dos posteriores. Llegó a las 15, dos horas tarde, muy desprolijo. El nene estuvo jugando en el suelo, con más de 12 horas de ayuno, no les dieron cama, nada», le cuenta a Clarín Lorena Garay (51), la tía de Facundo.

A Facundo lo ingresaron al quirófano alrededor de las 16,10, después de que Riolo operara a otro nene de 9 años que también está internado por lesiones producidas durante el procedimiento. Sus papás también denunciaron al otorrinolaringólogo.

 «A las 17, Riolo salió y se fue a la calle. La mujer lo esperaba en un auto, fumó un cigarrillo. Cuando le preguntaron cómo estaba Facundo, les dijo: ‘Ya te lo entregan, lo están limpiando’ y volvió a entrar al quirófano», recordó la mujer.

Poco después les informaron que tenía «un pequeño sangrado» y que por eso no salía. «Riolo fue a un quiosco y se compró dos gaseosas y un paquete de papas fritas», describieron.

Para las 18, les dijeron que a Facundo había que trasladarlo a Paraná porque tenía una hemorragia que no podían controlar y en esa clínica no había ambulancia, banco de sangre para hacerle una transfusión ni terapia intensiva.

Fue en ese momento que empezó para esta familia una pesadilla: «Tuvieron que llamar una ambulancia privada que sólo tenía oxígeno. Fue con una enfermera, el médico iba atrás con la esposa en su auto. Llegaron al Sanatorio del Niño de Paraná a las 19», repasó Carlos Bahl (45), el tío de Facundo.

Desde la cirugía, Facundo tenía hemorragia por una lesión en la carótida que no pudieron controlar.

Según informaron los médicos, llegó al sanatorio con un shock hipovolémico que le produjo el corte durante la cirugía. Le hicieron transfusiones y trataron de reparar la lesión.

Supieron después que el daño de esa demora sería irreversible. Facundo tenía muerte cerebral. Falleció el miércoles de la semana pasada, después de una semana. «Estábamos esperando un milagro, él luchó pobrecito. Entró jugando al quirófano y salió con muerte cerebral, se fue en una bolsa negra», lamentó Lorena.

El informe preliminar de la autopsia determinó que Facundo murió de una falla multiorgánica, pero el informe final será la clave para determinar si hubo negligencia al realizarse la intervención médica o si Riolo operó sabiendo que no estaba en condiciones de hacerlo.

La investigación por mala praxis

Riolo tiene, al momento, tres causas penales y, además, está mencionado en una denuncia de 2019. 

Yanina Almada tenía 23 años cuando entró al quirófano del Hospital San Martín, donde él era el jefe del área de Otorrinolaringología. La cirugía la realizó otra médica a cargo de Riolo y también lesionaron la carótida durante una operación de amígdalas y adenoides.

El 12 de septiembre un hombre de 50 años, identificado con las iniciales A.J., denunció a Riolo por una reconstrucción de su tabique nasal. «No sólo que se le arruinó del todo el tabique, quedó peor que antes, sino que además le produjo una desfiguración en el rostro, el daño se extendió», explicó su abogada Corina Beisel.

La familia de Facundo denunció a Riolo el 19 de septiembre -cuando el niño todavía estaba vivo- por mala praxis. Tras el fallecimiento, esa causa se derivó a la fiscalía de La Paz y está cargo del fiscal Facundo Barbosa. Fue caratulada como «homicidio culposo». Todavía no lo indagaron.

Máximo tiene 9 años y fue operado por Riolo una hora antes que Facundo. Cuando salió del quirófano continuaba con sangrados y tuvo que ser internado para controlar la hemorragia. Según describieron a Clarín «todavía tiene quemaduras en la garganta». Vanesa Ledesma, su mamá, denunció al cirujano por mala praxis y la causa se investiga también en la fiscalía de La Paz.

«Las investigaciones se realizan juntas pero separadas, porque la documentación y el material secuestrado puede servir tanto para una como para otra»; dijo a Clarín el fiscal Barbosa, que lleva adelante las dos causas.

Riolo se enfrenta a una posible pena de 1 a 5 años de prisión e inhabilitación especial para ejercer la medicina por entre 5 y 10 años sólo por la causa de Facundo.

La conmoción que provocó la muerte del nene de 3 años sacó a la luz varias denuncias de pacientes que advirtieron irregularidades por diferentes vías. Riolo siguió operando como si nada pasara.

Miembros de la Clínica Modelo de Paraná, el Sanatorio del Niño y el Hospital Militar manifestaron en el expediente judicial que el cirujano tenía prohibido el ingreso a estos establecimientos, aunque no lo denunciaron.

En 2022 detectaron «una gasa adentro de la garganta» de Laureano, un nene de 13 años operado de amígdalas y adenoides por Riolo en el Sanatorio del Niño.

Tras ese hecho, según confirmó su papá a Clarín, la familia hizo una presentación en la obra social Iosper y en el Círculo Médico de Paraná, pero no hubo denuncia penal o ante el Ministerio de Salud.

Según pudo saber este diario, hubo otra presentación judicial por «daños y perjuicios» que se cerró tras un acuerdo económico.

 RIO

Por qué sigue ejerciendo la medicina

El Ministerio de Salud de Entre Ríos es la autoridad de aplicación y quien habilita a Riolo para ejercer la medicina todavía hoy. La Provincia no tiene un Colegio Médico y sólo depende del Ejecutivo la decisión.

Sin embargo, desde el Gobierno aseguraron que la suspensión solo se ejecuta por orden judicial: «El Estado no puede realizar la suspensión si no hay una medida adoptada por el Poder Judicial, ya que esto significaría atentar contra la libertad de trabajo y una acción de presunción de culpabilidad», aseveraron.

El actual ministro de Salud de la provincia, Guillermo Grieve, conocía personalmente a Riolo, no sólo porque es un importante médico en la provincia sino porque fue el jefe de Terapia Intensiva del Hospital San Martín al mismo tiempo que el médico denunciado estaba al frente del área de Otorrinolaringología.

«Se le inició un sumario administrativo ya que se desempañaba como jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital San Martín de la capital entrerriana, pero contaba con cerca de 40 faltas», confirmaron desde la Gobernación.

Actualmente continúa registrado como empleado del Ministerio de Salud de la provincia de Entre Ríos. “Está con funciones educativas», aseguró Grieve.

Eiolo fue notificado de las investigaciones en su contra y presentó un abogado defensor, Emilio Fouces, que lo representa en el expediente judicial.

Ante la consulta de Clarín, Fouces dijo que ni él ni si defendido, «por respeto al dolor de la familia y de la comunidad», realizarán declaraciones.

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