Mea culpa de Portela sobre el descrédito del Poder Judicial: "Hay que reconocer que tenemos nuestras propias cuestiones pendientes"

También se refirió a la falta de recursos del Poder Judicial: "Se nos asignan responsabilidades sin recursos", dijo.

Judiciales 08/03/2024 Editor Editor
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El presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Leonardo Portela, inauguró este jueves en el año judicial y aprovechó la oportunidad que tenía enfrente al gobernador Rogelio Frigerio para plantear la crisis presupuestaria que atraviesa la Justicia entrerriana y cómo la falta de recursos afecta la respuesta que el ciudadano espera de los Tribunales.

«Nuestro contexto social está marcado por una grave crisis de confianza en las instituciones, y el Poder Judicial no es ajeno a este desprestigio», admitió Portela. «En mi opinión, el descrédito del Poder Judicial se funda en diferentes factores, y si bien resulta tentador echarle la culpa a los medios nacionales de comunicación porque asimilan todos los poderes judiciales a Comodoro Py, hay que ser honestos y reconocer que tenemos nuestras propias cuestiones pendientes», sumó.

Y si bien diferenció que «nuestro Poder Judicial funciona. Somos diferentes, y aunque siempre se puede mejorar, sentimos orgullo por nuestro Poder Judicial». Pero enseguida planteó que «hay un dato de la realidad que también contribuye al desprestigio del Poder Judicial y es que en los últimos años –afortunadamente, por otro lado- se ha producido una explosión de derechos, a partir de la cual diferentes colectivos, históricamente relegados, han visto por fin reivindicadas sus demandas. El problema es que en muchas ocasiones, el Estado, luego del tratamiento parlamentario, no brinda las condiciones para que esos derechos puedan hacerse valer».

«Son muchos los motivos que impiden a la ciudadanía el ejercicio de sus derechos; algunos estructurales, por ejemplo, y en concreto, la falta de Juzgados de Familia; y otros coyunturales, como el caso de la falta de cargos y presupuesto para seguir los casos de violencia de género. En ocasiones, se ve que una persona acude al Poder Judicial y plantea una situación que necesita un abordaje urgente, pero luego se frustra porque tenemos el grave problema de que se nos asignan responsabilidades sin recursos», indicó Portela.

Más contemporizador, señaló que «pese a la crisis de confianza, la ciudadanía, en su inmensa mayoría, sigue cediendo la resolución de sus problemas al Poder Judicial. Afortunadamente, los casos de justicia por mano propia son prácticamente inexistentes. No podemos, entonces, dejar pasar la oportunidad de reconstruir los vínculos con la comunidad antes de que la confianza se pierda totalmente y sea demasiado tarde».

Tras mencionar que la falta de formación ciudadana afecta el ejercicio de derechos, el presidente del STJ sostuvo que la demora en la resolución de conflictos “conspira contra la credibilidad del Poder Judicial y, en ese sentido, estamos analizando modificar e incorporar figuras procesales para agilizar los juicios y dar respuestas más rápidas sin que se resienta la calidad del servicio”.

Y añadió: “Creemos que nuestro deber es responder con humildad y transparencia porque somos empleados públicos y la rendición de cuentas es uno de los principios básicos del sistema republicano de gobierno. Es una de las reglas elementales de la democracia y abre el camino para la madurez institucional”.

Además, propuso “una gestión abierta y accesible, pero fundamentalmente empática. Tenemos que ser conscientes de que somos servidoras y servidores públicos con una tarea esencial para la vigencia del Estado de derecho, y que nuestra prioridad debe ser el interés de la ciudadanía. Este principio rector de todo sistema democrático –detalló- es lo que nos obliga a mantener un vínculo fluido y respetuoso con todos los actores institucionales aunque tengamos diferencias personales”.

Por eso llamó a la magistratura “a buscar el equilibrio permanente“ e instó a “trabajar por una justicia cercana a la gente y conocer a las personas sobre quienes nuestras decisiones repercuten. Creo que cuando la distancia se hace irreductible corremos el riesgo de olvidarnos de que detrás de cada expediente hay alguien de carne y hueso esperando una sentencia y, de esa manera, nuestro trabajo pierde su sentido más sublime, que es servir al valor justicia para colaborar con la pacificación social”.

También valoró que la ciudadanía propicie la resolución de conflictos en los tribunales y que los casos de justicia por mano propia “sean casi inexistentes”. Por eso se mostró optimista y consideró que Entre Ríos tiene condiciones y posibilidades para superar la crisis que la afecta “porque las instituciones funcionan”.

Además Portela expresó su preocupación por la cuestión ambiental. Reconoció la necesidad del desarrollo económico, “pero ello no puede concretarse al costo de aniquilar el ambiente. Las generaciones pasadas se aseguraron de que estemos hoy aquí y nosotros tenemos la obligación de transmitir a las generaciones futuras un planeta habitable”.

El magistrado entiende que “hay que animarse a proyectar y soñar un futuro al margen de las propias convicciones, superar el miedo a la diferencia y construir colectivamente. Esto no implica improvisación, sino capacidad de gestionar la complejidad, debatir con madurez, salir de los pensamientos estancos e inamovibles y transformar el miedo en estímulo”.

Una justicia del siglo XXI

Portela recordó que el STJ, a cargo del gobierno del Poder Judicial, tiene 411 dependencias y 2.700 empleados. “Ejercer ese gobierno lleva implícita la obligación de fijar lo que se conoce como política judicial. Obviamente que la palabra política no la empleo en la ocasión en el sentido de política partidaria, sino en el otro sentido, el que tiene que ver con la proyección de una idea sostenida en el tiempo con el objetivo de lograr ciertos fines”.

Entre sus objetivos enumeró el fortalecimiento del fuero de Familia “porque sufre una saturación que roza lo inmanejable: por ejemplo, el año pasado se dictaron en la provincia más de 28.800 medidas. Por eso dedicaremos una parte importante de los recursos a la primera instancia en general, ya que allí se da el contacto inicial con el conflicto a resolver”.

Además dijo que se buscará “lograr la contención de los usuarios del sistema de justicia y poder dar un encuadre adecuado a los casos desde su nacimiento, para evitar demoras en las instancias siguientes. Con esto esperamos ganar en eficiencia y credibilidad”, sirviendo a la comunidad “con compromiso, eficiencia y consciencia de la realidad imperante”. Fue tras enumerar que “se llevaron y llevan adelante varios programas de gestión en Juzgados o Tribunales que demuestran verse afectados por algún problema puntual y se dictan cursos de capacitación permanentemente desde el Instituto Alberdi”.

Luego, advirtió que “los principios de transparencia, sencillez y humildad, donde ser y parecer sean lo mismo” guiarán la adecuación del Poder Judicial al siglo XXI. Y anticipó: “Proponemos una fórmula de austeridad para los gastos y distribución eficiente de recursos, enfocada en las asimetrías territoriales para conocer, priorizar y resolver las necesidades”.

Según Portela eso “permitirá posicionarnos como una institución moderna y confiable, y creemos que son necesarios al menos tres elementos. El primero, ya mencionado, la capacitación, y los otros dos son la innovación tecnológica y una ética irreprochable”. En ese sentido reivindicó el ingreso por concurso a cargos técnicos y administrativos: “Creemos que es un mérito de nuestra institución que permite la selección de los mejores perfiles y garantiza la igualdad de oportunidades. Somos conscientes de que existe una deuda en los plazos para realizar concursos y cubrir las vacantes que en la emergencia se cubren de modo interino. Asumimos el compromiso de llevarlos a cabo con la mayor celeridad y transparencia”.

Al referirse a la innovación tecnológica y su impacto en el procesamiento de datos, llamó a no desaprovechar “las ventajas que ofrece la tecnología para ser más eficientes y transparentes. Es impostergable –precisó- llevar a cabo un plan de transformación tecnológica, sistematización de procesos, digitalización de trámites y trabajo en redes colaborativas”.

Durante su discurso Portela anunció que el STJ se propone dictar un Código de Ética que permita fijar los principios que deben regir la función judicial. “De esta forma podremos tener un marco de previsibilidad, codificar conductas deseables y especificar sanciones para los casos de incumplimiento. Todo esto sin perjuicio de las facultades sancionatorias del Superior Tribunal de Justicia, la competencia específica del jurado de enjuiciamiento y del poder legislativo en lo que tiene que ver con el juicio político”, detalló.

También consideró que “darle a la ética la importancia que tiene colaborará con la calidad del servicio de justicia y aportará mayor legitimidad a nuestras decisiones”.

Luego de valorar el trabajo del personal del Poder Judicial, Portela admitió sobrecarga en las labores y situaciones de estrés que se ven agravadas por la creciente complejidad y conflictividad de los procesos. “Es por eso que nos comprometemos a tomar medidas concretas, orientadas a prevenir los riesgos psicosociales propios de la labor y promover un clima laboral seguro y sano para proteger la salud mental. Trabajaremos con los gremios en ese sentido”, anticipó.

Y sobre el final de su discurso aseveró: “En síntesis, asumimos la responsabilidad de ejercer nuestra función con consciencia del tiempo en que vivimos, así como asumimos el compromiso de trabajar con especial dedicación por quienes peor la están pasando a causa de la crisis económica y social que atraviesa nuestro país. Tenemos la firme decisión de enfrentar el descrédito institucional gestionando con humildad y transparencia, con apertura y cercanía, focalizando en el consenso para obtener confianza y recuperar nuestra legitimidad”.

(Entre Ríos Ahora)

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