Irresistible deseo de leer a la madrugada lo llevó a forzar el kiosco de revistas
Un ávido lector de 38 años, quien trabaja a la noche como escruchante, al parecer sufrió de irresistible deseos de leer a la madrugada por lo que se dirigió al kiosco de revistas de San Lorenzo y Entre Ríos y encontrándolo cerrado, decidió forzar el candado y entrar "por su cuenta", pero lo vieron y ahora está esperando lo llamen a declarar el síndrome que lo aqueja.