HAY QUE PATEAR EL TABLERO

Es que, cada uno de los contendientes ha estudiado y profundizado este “modelo” y entienden que es el único camino a seguir, por otro lado, los que están hoy en la confrontación política es porque les ha ido bien y pueden preguntarse ¿para qué cambiar este sistema si con él voy bien?

A los que no les va bien es a nuestra gente y muchos ni siquiera se dan cuenta. Mientras consiguen algunas migajas, tal vez por aquella frase de que “mejor pájaro en mano que cien volando”, prefieren esta realidad chata y pobre antes que un cambio revolucionario que permita un futuro mejor para todos y principalmente para nuestros hijos.

Roberto Murchison, presidente de IDEA, decía el viernes: “Nos rehusamos a pensar que la Argentina no puede tener un futuro mejor”. En este marco, analizó tres datos "que marcan lo grave de la situación”.

El primero, "son los números de la estadística de pobreza con 40.6 por ciento de pobres en el país”. Con respecto a la educación, dijo que "el 50 por ciento de los chicos que entran el secundario, no lo terminan". Y en relación al sector empresario sostuvo que “la Quiniela mueve más plata que el mercado de capitales”.

Sin embargo, recalcó los puntos que dan “esperanza” en el país. “Tener un sistema democrático estable y un sistema de político maduro con alternancia en el poder”, argumentó. “No tenemos grandes problemas raciales o religiosos que nos dividan”, sumó. “Tenemos una matriz enorme y diversificada”, dijo también.

Por último, concluyó: "El costo de la inacción es más alto que el costo de la acción. Todos tenemos visiones articuladas sobre quien tiene la culpa. Basta de culparnos unos a otros. Enfoquemos la energía en la búsqueda de soluciones".

En ese coloquio, el intendente de Córdoba, Martín Llaryora, dijo: “El mundo está cambiando y los gobiernos locales tienen cada vez más importancia. En algunos casos ya se habla del ‘mundo de las ciudades’", aseveró. “Los gobiernos locales deben resolver temas básicos, pero la agenda se ha ampliado. Hay que ir viendo para dónde tiene que ir el desarrollo económico y productivo”, agregó.

Participaron en ese coloquio muchos políticos, pero fue el gobernador de Santa Fe, Perotti, quien mejor expresó la realidad, consideró que “no hay mejor política que un puesto de trabajo”, e hizo hincapié en la ciencia y la tecnología a la hora de agregar valor agregado. Además consideró que su objetivo es “generar las condiciones para acompañar al que trabaja, a quien invierte y produce.”

Añadió que los dos indicaron negativos más fuertes del país son “la pobreza y desocupación”.

El peronismo fue revolucionario, pero ahora se ha quedado en el tiempo y con el lastre de los acomodaticios que lograron subir para no bajar más succionando todo lo que pueden de sus prebendas. Así tenemos “sindicalistas” gordos con afiliados flacos, laboralistas ricos que se hartan de hincar sus colmillos en patrones que terminan por no ser dueños de nada, sus empresas pasan a depender de jueces que han cursado sus estudios en las mismas universidades que lo han hecho los políticos y con leyes, hechas para otros tiempos y que terminarán por extender la pobreza “Concordia”  a  todo el país.

Creo que el peronista más iluminado que tiene voz hoy, es el Papa Francisco, viene repitiendo en el desierto lo que todos sabemos, pero muchos no se animan a decir y es lo que vendrá en pocos años más, jornadas laborales más cortas para dedicarse al estudio, la recreación y a vivir la vida, mientras el trabajo pesado se lo dejaremos a los robots que no sufren de cansancio, estrés, no se enferman, no toman vacaciones y no tienen encima a sindicalistas que les succionan sus ingresos para engordar.

El tema será la transición y, luego, quienes proveerán las máquinas para que hagan esos trabajos pesados. Hay dos posibilidades: que lo hagan los que hoy manejan las variables económicas, es decir los ricos-ricos o el Estado; y en este último caso, ¿qué Estado? ¿Aquel que señalaba Murchison como impulsor de la INACCION?

Los actuales dirigentes o mandatarios  no están capacitados ni sueñan siquiera con el porvenir y su visión está desenfocada en una realidad miope, no ven ni a media distancia, su rol es el de atender urgencias y en esa terapia intensiva no tienen todos los remedios que necesitan, ni siquiera para estabilizar al enfermo, no saben que darle dentro de lo que tienen a su alcance y recetan geniol para combatir enfermedades graves o terminales. Aparte, sus gestiones son de corto plazo, ya están finalizando y el proceso del que vengo escribiendo, llevará más años que un periodo de gobierno.

Dejé fuera, a los pobres o los ricos de conocimientos e ideas, pero que no tendrán posibilidades de fabricar, instruir y poner en marcha ningún ingenio de los que vendrán porque se requiere de capital, investigación y desarrollo, así como la conjunción de una masa crítica de personas con conocimientos de diferentes ramas técnicas y computacionales.

Creados los robots (de hecho, hay varios funcionando en plantas automotrices y en países como China e Israel) el tema, va a ser cómo se emplean: bajo un sistema capitalista o socialista.

Entiendo que el mundo va hacia un sistema dual, mejorado al que tiene China hoy día. Una estructura socialista de poder con necesidades básicas de la población atendidas por el Estado y la posibilidad de empresas capitalistas, pero dentro de un control socialista de la producción, el trabajo y la distribución de las rentas.

Este es el futuro y podrá demorar 10, 20 o 100 años en estar en pleno funcionamiento, mientras tanto, la inacción es la que nos tienen paralizados , podríamos estar escribiendo las primeras páginas de ese porvenir que debería motorizarse desde el núcleo de la necesidad y ésta se encuentra aquí.

Concordia, podría romper el circulo vicioso de la desocupación, pobreza, marginalidad, delito y vergüenza. Sin robots, pero con la idea de la investigación y el desarrollo, si pudiéramos hacer una “burbuja” de crecimiento, sacando lo que hace tanto mal a la producción y creando  una  legislación pionera para “zona de desastre” o de “alta demanda social” o como quiera llamársela, tendríamos el cambio que pretendemos generados por nosotros mismos.

Lo que se escucha hoy, va en otro sentido, en el del asistencialismo, lo de hacer obra pública y “acompañar” a quien produce, nada de eso ha dado resultado. Hay que patear el tablero.